(Bloomberg) El Gobierno de la canciller alemana, Angela Merkel, insistirá en que el Reino Unido descarte el "dumping" fiscal durante las negociaciones para un acuerdo comercial sobre el Brexit, según un alto cargo del Ministerio de Economía alemán.

La preocupación es que la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, opte por retomar la amenaza de convertir al Reino Unido en un Singapur de Occidente, con bajos impuestos, para conseguir concesiones comerciales y asegurarse un acuerdo sin aranceles en el futuro.

Sin embargo, cualquier acuerdo comercial futuro entre la Unión Europea y el Reino Unido sólo será posible si va acompañado de una promesa del Gobierno de May de evitar una competencia perjudicial en materia fiscal y reguladora, dijo Matthias Machnig en una entrevista con Bloomberg Television.

"No queremos introducir barreras al comercio, pero necesitamos una negociación justa", dijo Machnig en su ministerio en Berlín el jueves.

La advertencia más reciente es una prueba de la determinación de Merkel a que algunas cosas no están abiertas a negociación. En enero, el ministro de Finanzas alemán Wolfgang Schäuble dijo a Bloomberg en Davos que no se toleraría una "carrera hacia abajo" en materia de fiscalidad de las empresas.

Los comentarios de Machnig muestran una posición reservada de Alemania después de que May entregara el miércoles la carta al presidente de la UE, Donald Tusk, que dio el pistoletazo de salida a los dos años de negociaciones para el Brexit.

"Sólo podemos llegar a un acuerdo de comercio justo con ventajas para ambas partes si hay un marco de condiciones razonable en materia de impuestos, regulación y similares", dijo Machnig. Una carrera hacia abajo en asuntos fiscales y regulatorios "dificultaría las relaciones comerciales", dijo.

No había nada en la carta de May que sugiriera que estaba interesada en seguir ese camino. No obstante, en un discurso histórico en enero, la líder británica dejó claro que no tenía miedo a molestar a sus ex socios para lograr sus objetivos.

"Todavía podríamos comerciar con Europa", dijo May entonces. "Seríamos libres para llegar a acuerdos comerciales con el resto del mundo. Y tendríamos la libertad de establecer unas tasas impositivas competitivas y abrazar políticas que atraerían a las mejores compañías del mundo y a los mayores inversores al Reino Unido".