El sector construcción se vio gravemente afectado por la cuarentena. (Foto: Manuel Melgar / GEC)
El sector construcción se vio gravemente afectado por la cuarentena. (Foto: Manuel Melgar / GEC)

El segundo trimestre del 2020 ha marcado una caída del 72.3% de la población empleada por el sector construcción, en comparación con el primer trimestre del mismo año, según el último informe de la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco).

Según el gremio, en el período evaluado unos 256,000 trabajadores del rubro dejaron de laborar en Lima Metropolitana, de los cuales 221,000 eran adecuadamente empleados y 35,000 estaban en condiciones de subempleo.

La construcción se convirtió en la actividad productiva que, en términos relativos, perdió más empleos en Lima Metropolitana, delante de la manufactura que tuvo una pérdida de 64.2% y de servicios que presentó una caída de 53.3% en el segundo trimestre.

Este panorama es consecuencia de la paralización total de la ejecución de obras en el sector dispuestas por el Gobierno desde el 16 de marzo de este año para enfrentar la pandemia del COVID-19.

Pese a la reanudación de actividades, Capeco afirma que hasta el 11 de julio, un 38% de empresas que ya contaban con autorización no habían podido reiniciar las obras, según un sondeo realizado por el gremio.

También detectó que el 33% de las empresas que no retomaron las obras, fueron impedidas por la no aprobación para la ampliación de plazo de ejecución y del presupuesto de obras públicas. Mientras que el 24% sostiene que el reinicio de las obras privadas no se realizó por falta de la autorización municipal.

La contracción del empleo también obedece a las menores horas trabajadas por semana, que cayeron 79.1% con respecto al mismo periodo del año anterior y de 77.0% en relación con el primer trimestre del presente año, generadas por las restricciones de aforo y distancia social impuestas por el Gobierno.

El estudio efectuado en el panel de constructoras refleja que el número de trabajadores que reiniciarían las obras sería, en promedio, inferior en 27% al que existía en el momento en que se declaró la pandemia.

Entre los obreros, la proporción de la reducción sería de 30% y podría estimarse una pérdida de 64,000 empleos directos solamente en el segmento de edificaciones residenciales.