Chile. (Foto: EFE)
Chile. (Foto: EFE)

El impacto de la crisis en su efecto “segunda vuelta” en la economía chilena, comienza a mostrarse, con importantes recortes en los planes de inversión, con ajustes de gastos y, en muchos casos, con despidos masivos de mano de obra, según indica el informe de la Alianza Latinoamericana de Consultoras Económicas (LAECO).

La incertidumbre respecto de temas clave al momento de evaluar proyectos de inversión, como el régimen tributario o la regulación del mercado laboral permite entender la cautela de los empresarios.

Además, si se agrega un proceso de reforma constitucional, en un contexto de fuerte presión social, entendemos el importante deterioro de expectativas económicas empresariales. El año pasado la economía chilena habría crecido sólo 1.2%, con una caída de 1.8% en el cuarto trimestre.

De forma similar para este año, según el informe de LAECO, se espera un crecimiento de 1.3%, debido a un muy bajo crecimiento del consumo privado, una fuerte caída en la inversión y un importante crecimiento del gasto público. Asimismo, el sector externo neto tendría una participación relevante, esperándose un moderado crecimiento de las exportaciones y una fuerte caída en las importaciones.

En el mismo sentido, la inflación registrará un importante aumento, aunque transitorio, como consecuencia de la fuerte devaluación registrada por el peso, mientras la política monetaria se mantendrá en un nivel claramente expansivo.

Situación política

Según el informe de LAECO, a partir de diciembre, se ha producido una gradual y parcial normalización del orden público, aunque existe mucha incertidumbre respecto a un eventual rebrote de las movilizaciones y la violencia a partir de marzo próximo.

La capacidad de mantener la seguridad interna por parte de ejecutivo sigue siendo precaria, aunque se espera que para dicho mes, en caso de aprobarse el proyecto, esté en operación una estrategia que permita una mayor eficiencia en el uso de la fuerza pública, carabineros y policías, además del apoyo de las fuerzas armadas para proteger instalaciones críticas.

Con respecto a las reformas sociales, el retraso en las más importantes, como la de pensiones y la de salud, hacen más probable que el movimiento social vuelva con fuerza a partir del próximo mes.

Sin embargo, al menos habrá un relato que puede encausar al movimiento social, referido a la campaña por aprobar o rechazar una nueva constitución, tema que se zanjará vía plebiscito en el mes de abril.

Ante ello, será clave el relativo éxito o fracaso del gobierno para asegurar el orden público en el correr de los próximos meses, en su efecto sobre la economía y, muy importante, sobre la posibilidad de avanzar hacia una eventual nueva constitución en un clima de pleno respeto al estado de derecho.