Los pronósticos auguraban una expansión moderada, considerando que las restricciones sanitarias se volvieron a imponer a partir de marzo a raíz de una nueva ola de contagios. (Foto: EFE/Alberto Valdés).
Los pronósticos auguraban una expansión moderada, considerando que las restricciones sanitarias se volvieron a imponer a partir de marzo a raíz de una nueva ola de contagios. (Foto: EFE/Alberto Valdés).

Empujada por el sustantivo incremento de las ayudas fiscales y la adaptación de las empresas y consumidores a las restricciones sanitarias, la se encamina a recuperarse antes de lo previsto del fuerte impacto de la pandemia, para crecer en el 2021 hasta un 9.5%.

Después de un año de pandemia, en abril la actividad económica creció 14.1% sobre igual mes del 2020, su mayor registro mensual en tres décadas, pese a que casi un 90% de la población se encontraba bajo cuarentena tras un aumento de los contagios de coronavirus.

Y para mayo, se espera que la expansión sobrepase el 15% sobre mayo del 2020.

Si bien las cifras corresponden en gran parte a un rebote sobre el año pasado, cuando el PBI chileno se desplomó 5.8%, igual sorprendieron al mercado.

Los pronósticos auguraban una expansión más moderada, considerando que las restricciones sanitarias se volvieron a imponer a partir de marzo a raíz de una nueva ola de contagios.

“Si a principios de año me hubieran dicho que el crecimiento iba a ser de 6% habría dado mi brazo derecho”, dice el economista de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, sorprendido como gran parte de los economistas locales de la fuerte corrección al alza que hizo el Banco Central de su estimación del PBI del 2021.

El ente emisor ajustó el miércoles al alza su proyección de marzo, desde un rango de 6% a 7% a uno de 8.5% a 9.5%.

Exceso de liquidez

Dos tercios de esta nueva proyección se basa en el paquete de ayuda fiscal que comenzará a ser pagado en junio y que alcanzará a más de 15 millones de personas sobre una población total de 19 millones. Esto significa el mayor desembolso realizado por el gobierno del conservador Sebastián Piñera para hacer frente a la pandemia.

Después de las críticas sobre su excesiva tardanza y bajo monto, Piñera impulsó el llamado Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) universal, que significará un aporte de unos US$ 3,000 millones en un período de cuatro meses, al que se suma también un plan de ayuda para las pequeñas y medianas empresas promulgado este viernes.

“Sería un país raro si no respondiera la economía con fuerza” tras este tremendo impulso fiscal, agrega Ramos, para quien “las ayudas del gobierno son bastante superiores a las pérdidas de ingreso” por la pandemia.

Si se suman los tres retiros anticipados de fondos de pensiones que aprobó el Congreso y que contemplan unos US$ 50,000 millones, “la población en este momento está con cerca de un 20% (más de ingresos) de lo que tenía antes de la pandemia”, agrega.

El Banco Central calcula que el gasto fiscal se incrementará este año un 25%, mientras que el privado lo hará en 15%.

El exceso de liquidez ha presionado al alza la inflación y se estima que a diciembre el IPC habrá acumulado una expansión de 4.4%, en el rango meta de inflación del BC.

“Es una alza en el crecimiento producto del tremendo gasto fiscal, de los retiros (de los fondos de pensiones) y de la situación internacional favorable con el precio del cobre (del que Chile es el principal productor mundial)”, dice Francisco Castañeda, director de la escuela de negocios de la Universidad Mayor.

Sin embargo, agregó, tanto el impulso fiscal como los retiros son “transitorios”, por lo que la economía local debería moderar el ritmo de expansión hacia fines de año, cuando también se espera que gran parte de las actividades económicas retornen a la normalidad tras la exitosa campaña de vacunación que lleva adelante Chile, que ya alcanzó a más de 50% de la población objetivo.

Adaptación a la pandemia

Después de un año de cuarentenas, toques de queda y restricciones de aforo, casi todo el comercio adaptó sus canales de venta en línea, especialmente para el vestuario y los artículos para el hogar, mientras que los pequeños emprendimientos, impulsados en muchos casos con los retiros de los fondos de pensiones, sustentan sus ventas en las redes sociales, sobre todo Instagram.

En los sectores más pobres y sin mayor acceso a internet, las ventas informales en la calle se han constituido en la principal base de consumo. También se han potenciado los negocios de barrio.

Prueba de esta adaptación, la multinacional de retail chilena Falabella reportó en el primer trimestre un aumento de sus ganancias de 713.8%, impulsadas por su plataforma de e-commerce.

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