El Congreso de Estados Unidos ha aprobado tres paquetes de estímulo fiscal para hacer frente a la aguda crisis económica provocada por la pandemia de COVID-19 por valor de US$ 5 billones. (Spencer Platt/Getty Images/AFP).
El Congreso de Estados Unidos ha aprobado tres paquetes de estímulo fiscal para hacer frente a la aguda crisis económica provocada por la pandemia de COVID-19 por valor de US$ 5 billones. (Spencer Platt/Getty Images/AFP).

, y , los principales competidores económicos de la , han regado sus economías con milmillonarias ayudas directas dirigidas sobre todo a los hogares y a las empresas, para sacarlas de la crisis y transformar sus economías tras la pandemia de COVID-19.

Mientras tanto, Bruselas ha recibido por fin luz verde de sus jefes de Estado y de Gobierno para captar en el mercado los 750,000 millones de euros destinados a superar la crisis generada por la pandemia y que figuran en el plan presentado por el Ejecutivo comunitario el 27 de mayo del 2020.

Reino Unido

Los competidores económicos de la UER han puesto también en marcha sus programas de ayudas a sus respectivas economías y lo han hecho con ayudas milmillonarias, muchas de ellas directas al bolsillo de los ciudadanos y de las empresas.

Desde el inicio de la pandemia en marzo del 2020, el Gobierno conservador británico ha ofrecido ayudas por valor de unos 280,000 millones de libras (casi 325,000 millones de euros), lo que incluye el Programa de retención de empleo por el coronavirus (CJRS, siglas en inglés), incrementos en las ayudas sociales y préstamos y facilidades para las empresas.

El pasado marzo, el ministro de Economía, Rishi Sunak, prorrogó hasta septiembre el CJRS, por el que el Estado pagaba inicialmente un 80% del salario del empleado (relativo a horas no trabajadas), hasta un máximo de 2,500 libras (2.900 euros) mensuales, y las empresas contribuían a la pensión y la seguridad social.

A partir del 1 de julio, el Gobierno se hará cargo de un 70% del sueldo correspondiente a las horas no trabajadas, y las compañías aportarán la diferencia del 10% más las citadas contribuciones.

Desde el 1 de agosto hasta el 31 de setiembre, el Ejecutivo asumirá un 60% del salario y las empresas el otro 20%, además de las aportaciones de pensión y seguridad social, hasta el mismo tope de 2,500 libras mensuales.

Paralelamente, el Gobierno ha puesto a disposición de los autónomos, incluidos aquellos que empezaron su actividad en el último año fiscal (2019-20), subvenciones equivalentes a un 80% del promedio de beneficios del colectivo en tres meses, hasta un total de 7,500 libras (8,700 euros).

EE.UU.

El Congreso de Estados Unidos ha aprobado tres paquetes de estímulo fiscal para hacer frente a la aguda crisis económica provocada por la pandemia de COVID-19 por valor de US$ 5 billones.

Los dos primeros se dieron bajo la presidencia del republicano Donald Trump en el 2020: el primero, de US$ 2.2 billones, fue aprobado en marzo del pasado año; y el segundo, de US$ 900,000 millones, en diciembre.

A ello hay que sumar un tercero, aprobado en febrero del 2021 ya con el demócrata Joe Biden en la Casa Blanca, de US$ 1.9 billones.

Esta enorme respuesta del Gobierno federal incluye varias rondas de transferencias directas de efectivo a los ciudadanos, así como el refuerzo y extensión de los subsidios de desempleo y ayudas para pequeñas y medianas empresas.

Japón

El Gobierno de Japón declaró por primera vez el estado de emergencia sanitaria por coronavirus en abril del 2020, y un mes después aprobó una primera ronda de medidas económicas de emergencia seguida de una segunda partida de este tipo en junio, que en total sumaron 234 billones de yenes (1.75 billones de euros).

Esa cantidad financió recursos sanitarios, medidas de apoyo al sector privado como préstamos para empresas y subsidios para los negocios afectados por las restricciones aplicadas para frenar al virus, así como la entrega el pasado verano de 100,000 yenes (unos 750 euros) a todos los ciudadanos del país para apoyar el consumo.

El pasado diciembre, el Ejecutivo nipón aprobó un tercer paquete de estímulos para la economía nacional por valor de 73.6 billones de yenes (581,000 millones de euros), que incluía la extensión de medidas de liquidez para el sector privado y subsidios para promover el gasto de los hogares e incentivar el turismo doméstico.

En total, los estímulos movilizados por Japón para mitigar el impacto de la pandemia ascienden a 307 billones de yenes (2.31 billones de euros), que equivalen aproximadamente a la mitad del volumen de la economía japonesa en el 2020.

Su reparto a través de gobiernos regionales, el Banco de Japón y otras entidades financieras nacionales se prolongará hasta marzo del 2022.