(Bloomberg).- Los autos de han aparecido en las películas de James Bond y su último DB11 se vende por más de 155,000 libras esterlinas (US$ 192,432). Ahora, la compañía busca comprobar si los inversionistas consideran que sus perspectivas financieras son tan atractivas como la marca.

La automotriz británica de lujo tiene que refinanciar casi US$ 600 millones en deuda que vence el año próximo y busca reemplazarla por 550 millones de libras en nuevos bonos con denominación en libras y dólares.

Lo que está en juego es el próximo paso de una renovación de la línea de productos a los efectos de reanimar las ventas, y la compañía ha gastado efectivo todos los años desde el 2008, según la firma de análisis CreditSights.

Aston Martin lo ha financiado con una reiterada recaudación de capital, lo que comprende la emisión de 200 millones de libras de acciones preferentes en 2015 y la deuda que busca reemplazar: 304 millones de libras de bonos garantizados emitidos en 2011 y una emisión de 2014 de bonos de pago en especie (PIK, por sus siglas en inglés) de los cuales hay US$ 219 millones pendientes.

El dinero gastado en lo que la compañía llama "Plan del segundo siglo" en referencia a su fundación en Londres hace más de 100 años, pronto podría verse reivindicado. La estrella de su nueva línea, el nuevo modelo DB11 lanzado a fines del año pasado, alimentó buena parte del incremento de 48 por ciento de las ventas del cuarto trimestre, dijo la compañía el mes pasado en su declaración de ganancias del 2016.

"Es un punto de inflexión luego de un período de importante gasto de efectivo", dijo Brian Studioso, un analista de CreditSights en Londres. "Invirtieron todo el nuevo capital para reemplazar la totalidad de su cartera de una sola vez, algo que no es sostenible pero que debían hacer porque había quedado muy desactualizada".

La compañía planea ahora incorporar uno o dos nuevos modelos por año durante siete años. Ha afirmado que se aventurará más allá de su oferta básica de autos deportivos de lujo como el Vanquish, que alcanza una velocidad de 323 kilómetros por hora (201 millas).

Una nueva fábrica en Gales producirá el DBX, un vehículo utilitario deportivo que la compañía describe en términos de "práctico y familiar" en lugar de solo lujoso y veloz. Aston Martin espera también comenzar la producción de una versión eléctrica de su cupé deportiva Rapide el año próximo.

El acuerdo coincide con la fuerte demanda por parte de los inversores de bonos en el mercado de alto rendimiento de Europa. Aston Martin pudo aumentar la magnitud de su emisión de bonos respecto de un objetivo anterior de 530 millones de libras.

La emisión europea de marzo se ha incrementado a 12,060 millones de euros, en comparación con 5,600 millones de euros de igual mes del año pasado, según datos que recopiló Bloomberg. La cantidad de operaciones trepó de nueve a 27.