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Los lanzamientos de automóviles son algo muy común así que es bastante raro que el deceso de un modelo en particular capture la atención del mundo. El , cuya última unidad salió de la línea de producción en México esta semana, no era un vehículo cualquiera.

La caída del "automóvil del pueblo", un emblema de la prosperidad alemana posguerra y la contracultura de la década de 1960 es más dolorosa por su reemplazo. Bloomberg News informó esta semana que la planta mexicana ahora fabricará un SUV compacto.

Con todo respeto por el nuevo SUV de VW, dudo que se robe los corazones de la gente como lo hizo el Escarabajo o el pequeño original o el Mini británico. Uno pensaría que los autos pequeños y eficientes en el consumo de combustible serían una solución obvia en un planeta en calentamiento con ciudades cada vez más pobladas.

Sin embargo, se están convirtiendo rápidamente en una especie en peligro de extinción en los mercados occidentales. Los consumidores votaron con sus billeteras comprando SUV y como generan mayores márgenes de ganancias, los fabricantes de automóviles los complacen alegremente.

No obstante, eliminar el automóvil pequeño y asequible aún puede tener consecuencias adversas para la industria y para el medio ambiente. Combinan precios convenientes con estilo utilitario y conducirlos puede ser tremendamente divertido.

En un video reciente de "investigación" para clientes, el analista de Bernstein Max Warburton probó un Peugeot 205 GTI antiguo de 1.9 litros. Su deleite propio de un niño al conducir se podía palpar.

Los autos compactos siempre tuvieron problemas para ganar terreno en Estados Unidos y se han visto eclipsados recientemente por el auge de los camiones y los SUV, que dan cuenta de casi el 70% del mercado estadounidense. Los créditos y las opciones de arrendamiento baratas han hecho que los vehículos más grandes sean también más asequibles.

El precio promedio de un auto nuevo ha subido a US$ 37,000 y el bajo costo de la gasolina propicia que hacer andar estos pesos pesados no sea tan costoso. Siendo justo, algunos SUV compactos de hecho son bastante eficientes en el consumo de combustible, así que puede que ni un aumento de precios logre revertir esta tendencia.

Además está el factor de la seguridad, que convence inclusive a más gente que no gusta de los SUV de comprar uno en caso de que sufran un accidente con otro vehículo gigante. Es más probable que los peatones pierdan la vida si son impactados por un SUV de gran tamaño, pero aparentemente eso preocupa poco.

En Europa, donde los autos pequeños aún representan cerca de un tercio del mercado, hay otro factor contradictorio en contra de los modelos compactos: los estándares más estrictos de emisiones. En el 2021 los fabricantes de automóviles deben promediar emisiones a nivel de flota de 95g CO2/km. Los objetivos para el 2025 y 2030 son incluso más rigurosos.

El problema según ejecutivos de la industria es que el alto costo de la tecnología de electrificación es difícil de combinar con la economía de los autos más pequeños y baratos. Instalar un kit para reducir emisiones en un modelo compacto implica ya sea un precio excesivamente alto o sacrificar los márgenes de ganancias. Puede ser más barato para los fabricantes no darse la molestia y simplemente pagar la multa.

Es por eso que muchos modelos básicos pueden terminar en la guillotina, al menos hasta que baje el costo de las baterías. El máximo ejecutivo de VW, Herbert Diess, señaló hace poco que los vehículos más pequeños de la empresa, el Up! y el Polo, están "verdaderamente bajo amenaza". En tanto, Opel/Vauxhall de Peugeot ya anunció que sus modelos urbanos Adam y Karl serán descontinuados.

Desde una perspectiva de ganancias y cumplimiento de la normativa, ciertamente es mejor para los fabricantes vender muchos SUV híbridos y deportivos de alto rendimiento, pero ¿es lo mejor para el medio ambiente? Eso es debatible.

Algunos híbridos todavía emiten mucho CO2 cuando recorren distancias que superan sus rangos muy limitados de funcionalidad eléctrica y ese no es el único problema que tienen. "El asunto con los híbridos enchufables es que los consumidores no los enchufan", explicó Warburton de Bernstein.

Una triste consecuencia de estas tendencias es que habrá menos nuevos vehículos en el mercado que clientes más jóvenes o con menos recursos puedan comprar y asegurar. Si bien podrán adquirirlos de segunda mano, una escasez de modelos baratos puede desincentivar a más personas a la hora de ser propietarios de un automóvil.

El compartir autos y bicicletas y los scooters eléctricos ya han convencido a muchos jóvenes de que hay mejores alternativas. La edad promedio de los nuevos compradores de vehículos en Alemania subió a 53 años. Los SUV acabaron son los modelos pequeños y asequibles. Aún así, los autos más grandes enfrentan sus propios problemas.

Por Chris Bryant

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.