(Foto: AFP)
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Hace un año, , presidente de la alianza mundial de fabricantes de autos conformada por , y , fue detenido en el aeropuerto Haneda de Tokio, poniendo fin a su sueño de construir un imperio.

Según el diario Expansión, esa noche iba a cenar con una de sus hijas, y al día siguiente lideraría una reunión del consejo de administración, pero fue arrestado antes de abandonar el aeropuerto.

La detención causó sorpresa en el sector empresarial de Japón y todo el país. Sin embargo, luego se revelaría que el arresto fue el resultado de casi un año de investigaciones secretas dentro de la compañía y de un acuerdo alcanzado entre los delatores y las autoridades.

Cabe mencionar, que ya existían ciertas tensiones en torno a Ghosn desde hacía algún tiempo. Por ejemplo, el conflicto con el mayor accionista de Renault, el Gobierno francés, por su salario cada vez más astronómico; la ausencia de nuevos coches realmente inspiradores en el calendario de Nissan y el resentimiento de los concesionarios; los problemas de gobernanza básicos que planteaba la supervisión de tres empresas cotizadas por una única persona.

Y luego estaba la interrogante de si Ghosn podría impulsar a Nissan y a Renault a una fusión total a tiempo para cerrar el acuerdo con La búsqueda de formar un imperio era lo que movía a Ghosn, pero ese deseo de expansión hizo progresivamente más difícil equilibrar las necesidades divergentes de las empresas que gestionaba.

Un año después de su arresto y casi dos décadas después de asumir el control de Nissan, Ghosn está confinado en Tokio bajo una fianza de US$ 13.5 millones. Aún no hay fecha para el comienzo del juicio, que podría costarle muchos más años de libertad.

Sus defensores señalan que ha sido víctima de un complot por parte del Gobierno y de la compañía contra él y sus planes para fusionar Nissan y Renault.

No obstante, los cargos contra Ghosn son graves, se le acusa de falsificar informes de cuentas infravalorando su salario en más de US$ 80 millones y malversando activos de la compañía para su beneficio propio.

Documentos empresariales y entrevistas con ejecutivos y exejecutivos de Nissan y Renault, autoridades del Gobierno, asesores financieros y confidentes forman la imagen de un líder empresarial del que sus numerosos años al mando habían hecho difícil decir dónde acababan sus sueños para sus compañías y empezaban sus ambiciones personales.

En Japón, Ghosn era uno de los pocos consejeros delegados extranjeros que recibía elogios reales. Para Nissan, era una figura mesiánica. Con el tiempo para algunos se convirtió en un tirano; para otros en un hombre movido por la codicia; y para un tercer grupo, en un líder que hizo que el modelo de cooperación franco-japonés se desequilibrase con consecuencias fatales a favor de Francia.

Con información tomada de Expansión