Smart
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está cambiando la alta dirección en el fabricante del pequeño automóvil Smart, como parte del último plan para modernizar una marca que siempre ha sido incómoda para el mayor fabricante mundial de vehículos de lujo.

Impulsado por un cambio estratégico hacia los vehículos eléctricos, Annette Winkler dejará su cargo a fines de septiembre después de ocho años al mando de Smart, informó el martes el fabricante de vehículos con sede en Stuttgart, Alemania. Su reemplazo será nombrado más adelante.

Tras comenzar hace dos décadas como una apuesta audaz a que los consumidores urbanos comprarían un automóvil principalmente por su comodidad de estacionamiento, Smart ha acumulado cerca de 4,000 millones de euros (US$ 4,600 millones) en pérdidas, según estimaciones de Bankhaus Metzler.

Para encontrar una nueva razón de ser, el fabricante del compacto ForTwo ahora se está transformando en una versión urbana de , abandonando los motores de combustión para preferir modelos eléctricos a partir del 2020.

"Smart nunca se ha convertido en un éxito", dijo Juergen Pieper, analista de Metzler con sede en Fráncfort, que estima las pérdidas anuales actuales en alrededor de 200 millones de euros. "Convertirse en una de las primeras marcas realmente eléctricas tiene sentido".

Luchas de expansión
Aunque Smart ofreció a Daimler la oportunidad de atraer a una clientela urbana más joven y el automóvil se ha convertido en algo común en las calles de Berlín, París y Roma, la marca ha tenido dificultades para expandirse más allá del pequeño auto de dos asientos, lanzado originalmente en 1998. Los esfuerzos para agregar un descapotable en el 2003 y un compacto mal ajustado en el 2004 fracasaron.

El modelo principal fue rediseñado en el 2014 para darle un aspecto más similar a un automóvil y para que se equipare a un nuevo modelo de cuatro plazas: el llamado ForFour, una producción conjunta con

Pero ese relanzamiento no ha llevado a una demanda duradera. Las entregas el año pasado cayeron un 6% a 136,000 vehículos. Daimler no publica detalles financieros para Smart, que es parte de la división Mercedes-Benz Cars.

La principal contribución de Smart a Daimler ha sido ayudar a compensar las emisiones de los modelos de alto consumo de gasolina y de alto margen como el sedán Clase S de Mercedes y el auto deportivo AMG GT.

El todoterreno Clase G de 107,000 euros produce casi tres veces más dióxido de carbono que el Smart ForTwo, lo que significa que las ventas del modelo pequeño proporcionan una contribución importante para cumplir con las normas de emisiones de toda la flota.

Tener una marca como Smart también le da a Daimler espacio para experimentar, con servicios peculiares como usar su automóvil como punto de entrega para despachos de paquetes y viajes compartidos a través de un teléfono inteligente.

"Se puede correr más riesgos si el nombre del automóvil es Smart en lugar de Mercedes", dijo Daniel Schwarz, analista de Credit Suisse en Fráncfort.