Según Fitch, varios grandes proyectos de inversión en cobre continúan apoyando el crecimiento del país. (Foto: GEC)
Según Fitch, varios grandes proyectos de inversión en cobre continúan apoyando el crecimiento del país. (Foto: GEC)

ha revisado a la baja su pronóstico de para el Perú a 2.5% para el 2019 (desde 3.5% en junio) y alrededor de 3% (desde 3.7%) para el 2020-2021; en tanto el crecimiento global y la incertidumbre comercial afectarán las , sobre todo el cobre; asimismo, la renovada confrontación política entre el presidente y el Congreso pesará sobre la confianza empresarial y la inversión, dijo la calificadora de riesgo crediticio.

Sin embargo, varios grandes proyectos de inversión en cobre continúan apoyando el crecimiento del país, y los shocks del lado de la oferta en la primera mitad del 2019 se han disipado.

Durante el primer semestre, el de una gran mina de cobre y los bajos rendimientos pesqueros causaron que el producto bruto interno (PBI) del sector primario se contrajera; mientras que el gasto de capital público en las regiones (40%-60% de la inversión pública) se desaceleró después de las elecciones locales en octubre del 2018.

El crecimiento promedio del PBI real en cinco años del Perú (3.3%) ahora está ligeramente por debajo de la mediana actual de sus pares con calificación ‘BBB’ (3.6%). Es probable que el crecimiento potencial de Perú se mantenga entre 3.5% y 3.6%, sin medidas sustanciales que impulsen la inversión y la productividad, como la mejora de la infraestructura o la reforma del mercado laboral.

Otras complicaciones y alternativas

El gobierno aprobó nuevos planes de competitividad e infraestructura en el 2019. Sin embargo, en opinión de Fitch, asegurar la aprobación del Congreso para reformas micro puede ser difícil ante el actual clima político, y la lenta solución al tema de las concesiones y activos relacionados con , así como las restricciones de efectividad burocrática, plantean desafíos para aumentar la .

Las nuevas inversiones en cobre conducirán a una mayor producción y exportaciones, pero están aumentando la sensibilidad del Perú a los ciclos de producción, inversión y precio del metal.

Además, los desafíos de gobernabilidad en el país han resurgido con la posibilidad de celebrar elecciones generales anticipadas (en el 2020, un año antes de lo previsto), a iniciativa del presidente Vizcarra.

El lento progreso del Congreso en torno a un paquete de reformas políticas e institucionales promovidas por Vizcarra en respuesta a las amplias revelaciones de Odebrecht y la corrupción judicial local ha generado confrontación entre las dos ramas del gobierno.

Se espera que las tensiones políticas perduren hasta las próximas elecciones, lo que obstaculizará la inversión e impedirá reformas económicas importantes. En opinión de Fitch, el sólido marco fiscal del Perú y las instituciones que velan por las políticas macro proporcionarán estabilidad durante este período.