(Bloomberg).- La mayor minera de zinc del mundo tuvo que reducir la producción hace dos años para revertir un mercado saturado. Ahora la oferta es la menor en años y quiere crecer.

Glencore redujo la producción de zinc en minas de Australia y Kazajistán para solucionar un excedente de oferta y hacer subir los precios, que se encontraban en el nivel más bajo en seis años. La compañía tuvo éxito: hay un déficit en el mercado de zinc, los precios son los más altos en 10 años y los inventarios se hacen escasos.

La gigante minera redobló su apuesta el martes a última hora al anunciar planes de incrementar su participación en la mayor minera de zinc de Latinoamérica, La compañía acordó la adquisición del 27 por ciento de las acciones Clase A con derecho a voto de Volcan por US$531 millones y podría elevar aún más su participación por medio de una oferta pública.

"Es un claro voto de confianza en el mercado del zinc por parte de Glencore", dijo Paul Gait, un analista de Sanford C. Bernstein Ltd. en Londres. "Se trata de control y disciplina, de saber cuándo sacar toneladas del mercado y cuándo devolverlas. No tiene sentido tener el control si se va a ser blando e inútil con él".

En todo el mercado abundan pruebas de la disciplina de Glencore. Los cierres eliminaron un 3.5% de la producción minera global y no hay indicios de que la compañía esté impaciente por regresarla en el corto plazo.

Es probable que Glencore restablezca ese suministro al mercado de forma muy gradual a partir del 2018, según Vivienne Lloyd, analista de Macquarie Group Ltd. en Londres. La minera apuntará al "impacto más suave posible" en el mercado más ajustado que ha contribuido a crear, dijo.

Los precios del zinc han subido más de 90%, a US$ 3,283 por tonelada, desde que se anunciaron los recortes de producción en octubre del 2015. La decisión china de combatir la contaminación e impulsar la seguridad minera también alimentó el avance. El mes pasado el zinc al contado se negociaba con la mayor prima respecto de los futuros a 10 años, una situación llamada backwardation, que es una señal de que la demanda supera la oferta.

La escasez de oferta se ha exacerbado como consecuencia de un tenedor dominante de contratos al contado e inventarios físicos de la Bolsa de Metales de Londres (LME por la sigla en inglés). La compañía comercializadora controlaba una posición equivalente al 90% del zinc de libre disponibilidad en los depósitos de la LME el 25 de setiembre. El mismo día, el contrato Tom (abreviación de "tomorrow", mañana) en la LME cerró US$ 14 por encima del que expiraba un día después, la mayor prima en 15 meses.

El diferencial Tom-día siguiente, la brecha entre un contrato que expira mañana y otro que lo hace al día siguiente, se ha reducido desde entonces al entrar en vigor reglas destinadas a evitar tensiones.

Cuando hay una posición dominante, la LME exige que la compañía haga un préstamo barato del metal, una forma de devolver la oferta al mercado. La bolsa no revela la identidad del operador dominante.

Hay otros indicios de escasez crónica de oferta. Se estima que habrá backwardation (en que el precio a futuro cotiza por debajo del precio al contado) hasta fines del 2021 en la curva de precios de futuros de la LME, un indicio de escasez a largo plazo luego de años de cierres de minas y fuerte demanda.

"Es bueno ver este desarrollo", dijo Vivienne Lloyd, analista de Macquarie Group Ltd. en Londres. "El hecho de que haya backwardation a lo largo de la curva es el indicio más fuerte de que el mercado está ajustado".