Margrethe Vestager. (Foto: Getty)
Margrethe Vestager. (Foto: Getty)

, famosa por imponer cuantiosas multas a y Google de Alphabet Inc. durante su mandato como la principal funcionaria antimonopolio de la UE, ahora tendrá la oportunidad de volver a hacerlo. Le dieron el mismo trabajo en la Comisión Europea de Ursula von der Leyen.

Para que no se vea como una especie de premio de consuelo por perder el puesto de presidenta (que fue para Von der Leyen), Vestager también recibió el título de vicepresidenta ejecutiva a cargo de coordinar la estrategia digital del bloque. Este es un trabajo tremendo que va más allá de los abusos del mercado y cabe dentro del establecimiento de estándares en protección de datos, ética de inteligencia artificial y redes móviles.

Es una nombramiento acertado que complacerá a quienes ven la lucha contra los poderes monopolizadores de Silicon Valley y Seattle como un elemento central de cualquier estrategia tecnológica europea sensata. La propia Vestager dice que los dos asuntos sobre quién es el propietario de nuestros datos y la competencia leal deben ir de la mano, algo que asustará a quienes esperaban un enfoque más flexible desde Bruselas.

Su línea dura ha causado mucha angustia a través del Atlántico y enfureció al presidente de Estados Unidos, , en particular. Las investigaciones de la UE abarcan la búsqueda de empleo de Google, el proyecto de la criptomoneda libra de Facebook y la manera en que Inc. negocia con sus proveedores.

La reelección también es un mensaje contundente para los muchos críticos de Vestager dentro de la UE, incluidos los políticos franceses y alemanes cuya fusión que favoreció los negocios de trenes de Alstom SA y Siemens AG fue bloqueada por Bruselas este año por motivos de competencia. Ha demostrado admirablemente ser capaz de resistir la presión de los estados miembros de la UE para que doblegue sus normas a las fusiones. Vestager debería poder hacerlo una vez más.

Con algo de suerte, Vestager podrá superar algunas de las posibles contradicciones en su cargo. Su mandato incluirá tanto la regulación de los peores excesos del sector tecnológico dominado por EE.UU. como el fomento para una mayor inversión tecnológica en la UE que, en gran parte, proviene de fondos estadounidenses. Esto podría significar, por ejemplo, reforzar las leyes de protección de datos de Europa, como sus relativamente nuevo Reglamento General de Protección de Datos (GDPR, por sus siglas en inglés), a pesar de que el intenso cabildeo de las empresas provocó que la primera aplicación fuera una combinación en términos de multas impuestas. La colega liberal de Vestager, Sylvie Goulard, se convirtió en la comisionada del mercado interno de la UE, lo que puede ayudar a suavizar las asperezas.

Irónicamente, a pesar de todo lo que se dice de Europa, que redobla su cruzada contra las grandes empresas tecnológicas con la reelección de Vestager, este podría ser el punto en el que la UE y EE.UU. finalmente encuentren una causa común en la política tecnológica. Después de años de inactividad, las autoridades estadounidenses se están ansiosas por investigar a empresas como Facebook y Google, y la campaña electoral presidencial de EE.UU. probablemente verá la presión de los candidatos del Partido Demócrata.

Debido a la naturaleza global de estos problemas —la libra de Facebook ha provocado un repliegue mundial de los bancos centrales y de los políticos— sería positivo que los reguladores estadounidenses cuenten con un activista experimentado para negociar en Bruselas.

Por Lionel Laurent

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.

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