El acuerdo climático de París pide a los países mantener la temperatura de la Tierra “muy por debajo de 2°C” y esforzarse por un calentamiento de no más de 1.5°C. No explica al resto del mundo lo que esos números significan para ellos.
En los años transcurridos desde el acuerdo de 2015, un consorcio de ONG ha trabajado para ayudar a las empresas a determinar cuál debería ser su contribución. La Iniciativa de los objetivos basados en la ciencia (SBTi, por sus siglas en inglés) usa la investigación científica para traducir los hitos globales difíciles de entender en objetivos específicos para las industrias y las compañías.
Hasta la fecha, más de 630 empresas de 43 países se han registrado. El grupo es responsable de alrededor de 1% de la contaminación global que afecta el clima. Si cumplen con estos objetivos, las empresas reducirán sus emisiones en casi 30% para 2030, o aproximadamente la mitad de la contaminación de España, según BloombergNEF.
Reducir aún más las emisiones corporativas (y ampliar la lista de SBT para incluir el sector financiero) será un tema candente durante la Semana del Clima en Nueva York a finales de este mes.
El consenso científico sobre lo que se necesita para controlar el calentamiento planetario ha cambiado en los últimos años. El Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) emitió el otoño pasado un influyente informe que sugiere que la humanidad debe reducir las emisiones incluso por debajo de los objetivos de París. A saber, los países necesitan reducirlas a la mitad para 2030 y eliminarlas para 2050.
“Vemos que las empresas realmente responden al informe del IPCC y ven la necesidad de aumentar su ambición”, asegura Cynthia Cummis, jefa de trabajo sobre clima del sector privado en World Resources Institute, uno de los grupos de investigación detrás de la SBTi.
Nestlé SA se comprometió la semana pasada a reducir a cero su impacto por los gases de efecto invernadero para 2050, en línea con la promesa de alto perfil de “Business Ambition for 1.5°C” (empresas con ambición de 1.5°C) que se presentará durante la Semana del Clima.
En julio, más de dos docenas de empresas anunciaron haber aumentado su ambición para igualar el desafío de 1.5°C, incluidas Enel, Iberdrola, Novozymes y Royal DSM. Otras, como AstraZeneca, Hewlett Packard Enterprise, Levi Strauss & Co. y Unilever, ya tenían compromisos de 1.5°C.
Las empresas que “ya habían establecido objetivos, en cierta medida, fueron algunas de las más fáciles de convencer”, asegura Bruno Sarda, presidente de CDP North America, uno de los grupos de investigación detrás de la SBTi.
Establecer objetivos basados en la ciencia requiere una gran cantidad de datos, tiempo, criterio y capital político interno por parte de los funcionarios de sostenibilidad corporativa, quienes a menudo lideran las iniciativas. De las 634 empresas que se han comprometido con tales objetivos, alrededor de 235 tienen ahora planes aprobados de SBTi. La SBTi recibe financiación por tarifas de las empresas miembro, junto con la Fundación Ikea, la Fundación UPS y la Coalición We Mean Business.
Algunas empresas han tenido dificultades para encontrar la forma de reducir lo que podría ser la mayor contribución a su recuento de emisiones: sus cadenas de oferta y consumidores. Contar y controlar las emisiones relacionadas con los materiales antes de que lleguen a una fábrica y después de que los consumidores los lleven a casa (lo que se conoce como "alcance 3") ha sido una fuente de rica discusión.
"Para muchas organizaciones que quieren establecer un objetivo, ese es el lugar donde se quedan", asegura Sarda.
La SBTi no es perfecta, según Katrina White y Kyle Harrison de BloombergNEF, quienes el martes publicaron una nota de investigación sobre la evolución de los objetivos climáticos corporativos. “La metodología general sigue siendo complicada”, escribieron. Sin embargo, la iniciativa es más creíble que los arbitrarios objetivos corporativos de emisiones.