La privatización de Eletrobras se arrastraba desde hacía seis años y finalmente concluyó cuando el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), órgano fiscalizador del Estado y vinculado al Congreso, dio el aval definitivo a la venta. Foto: REUTERS/Brendan McDermid
La privatización de Eletrobras se arrastraba desde hacía seis años y finalmente concluyó cuando el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), órgano fiscalizador del Estado y vinculado al Congreso, dio el aval definitivo a la venta. Foto: REUTERS/Brendan McDermid

Las nuevas acciones de la brasileña Eletrobras se estrenaron este lunes en rojo al comenzar a negociarse en la Bolsa de Sao Paulo, sellando así el proceso de privatización de la mayor empresa eléctrica de Latinoamérica.

A los 15 minutos de apertura del parqué, que inició sesiones a las 10:00 hora local (13.00 GMT), los nuevos papeles ordinarios de la gigante eléctrica caían un 2.29%.

Brasil realizó la oferta de las nuevas acciones el jueves pasado y recaudó 29,200 millones de reales (alrededor de unos US$ 5,840 millones), en la que fue considerada la mayor oferta del año en el país y una de las más elevadas del mundo en el 2022.

El precio de cada acción fue fijado en 42 reales (alrededor de US$ 8.54), en el marco de un proceso mediante el cual Eletrobras ofreció nuevos papeles, mientras que el Estado redujo su participación en el capital votante de casi el 70% hasta poco más del 40%.

Pese a la venta del control, el proceso le garantiza al Estado una “acción dorada”, que le reserva poder de veto en decisiones estratégicas de la compañía.

La oferta fue abierta a inversionistas nacionales y extranjeros y el Gobierno también permitió la compra de acciones a través de recursos del llamado Fondo de Garantía del Tiempo de Servicio (FGTS), al que cada brasileño tiene acceso tan solo en caso de despido o de necesidad para compra de vivienda.

La privatización de Eletrobras se arrastraba desde hacía seis años y finalmente concluyó cuando el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), órgano fiscalizador del Estado y vinculado al Congreso, dio el aval definitivo a la venta.

El modelo excluye de la venta a Eletronuclear, subsidiaria de Eletrobras que opera las tres plantas nucleares de Brasil, y a la gigantesca hidroeléctrica Itaipú, que el Estado brasileño comparte con el paraguayo y es gestionada por la estatal.

Eletrobras, responsable por un tercio de la generación en Brasil, posee cerca de la mitad de las líneas de transmisión del país, con una extensión sumada de más de 70,000 kilómetros de tendidos eléctricos y una capacidad instalada de generación de unos 50,000 megavatios (MW).