La adopción de la Inteligencia Artificial (IA) está cambiando positivamente las industrias de todo el mundo, y las instituciones financieras no son una excepción.
“De hecho, cada vez más instituciones financieras están adoptando una mentalidad digital que va mucho más allá de sus típicas ofertas en línea y llega a la experiencia del cliente en la sucursal. La adición de capacidades de IA para el atendimiento en línea y en persona permite un mejor servicio al cliente, crucial para satisfacer las expectativas de consumo bajo demanda”, remarcó Jessica Burton, gerente de Mercadeo de Portafolio de Vigilancia Global en Seagate.
Sin embargo, en Latinoamérica, entretanto, el 49% de las entidades bancarias todavía no están implementando herramientas, controles o procesos que utilizan tecnologías digitales emergentes, como Big Data, Machine Learning o Inteligencia Artificial.
Burton manifestó a Gestión Espresso que todas estas plataformas son muy importantes para la prevención de ciberataques o la definición de patrones sospechosos asociados con el fraude, entre otras capacidades de detección.
“A pesar de las nuevas capacidades de la vigilancia, los bancos todavía son víctimas muy frecuentes de actos criminales”, indicó la ejecutiva. Agregó que el 37% de las entidades bancarias en América Latina declararon haber sido víctimas de incidentes (ataques exitosos) y la principal motivación de estos ataques durante 2017 fueron razones económicas (79% de los bancos fueron víctimas).
En Estados Unidos, el Buró Federal de Investigaciones (FBI), reportó 3,033 robos a bancos en el país en 2018. Para defenderse mejor de los asaltos y del fraude, las instituciones financieras deben tener un plan con varios niveles de seguridad que aprovechen las últimas tecnologías para disuadir el crimen.
“El mayor interés del sector bancario es por las cámaras de vigilancia con inteligencia artificial. Estas soluciones de vídeo proporcionan supervisión remota y capacidades avanzadas de IA”, expresó Burton.
Las analíticas envían alertas basadas en patrones o imágenes predeterminadas que indican escenarios de alto riesgo, como la identificación de criminales que entran en un edificio o la sospecha de manipulación de cajeros automáticos.
La demanda por tecnología y los datos que la alimentan es destacado en el reporte Data Age 2025, el cual indica que la dataesfera global, que es la cantidad de datos creados, capturados y replicados en un año determinado en todo el mundo, crecerá de 33 zettabytes en 2018 a alucinantes 175 zettabytes para 2025. La mayoría de estos datos se derivarán directamente de dispositivos IoT (Internet de las Cosas), metadatos y videovigilancia.