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Hace cuatro años, la desarrolladora de antibióticos Tetraphase Pharmaceuticals Inc. tenía un valor de mercado de casi US$ 2,000 millones. Ahora sus acciones se cotizan a cerca de 70 centavos de dólar, mientras los inversionistas huyen del mercado de nuevos que matan infecciones bacterianas.

Para sobrevivir, la compañía informó la semana pasada que recortaría la investigación, reduciría su personal e intentaría vender tres medicamentos que tiene en desarrollo. Planea centrar todos sus esfuerzos en la comercialización de Xerava, un fármaco hospitalario recientemente aprobado que combate infecciones abdominales particularmente difíciles.

Incluso a medida que proliferan cepas mortales de bacterias en todo el mundo, los grandes fabricantes de medicamentos están saliendo del mercado de los antibióticos, dejando muchos productos nuevos en manos de pequeños emprendimientos.

Sin embargo, la mayoría de los nuevos antibióticos para cepas peligrosas se venden mal porque los médicos los mantienen en reserva hasta que son absolutamente necesarios, preocupados por la creación de resistencia a los medicamentos. Y los hospitales, sensibles a los precios, han tardado en cambiar a medicamentos genéricos más baratos.

"En mis 20 años, nunca he visto nada peor que esto", asegura el director de Operaciones de Tetraphase, Larry Edwards, quien está siendo ascendido a director ejecutivo como parte de la reestructuración de la compañía con sede en Watertown, Massachusetts. "Los inversionistas se han alejado".

Siempre desafiante
Edwards, un veterano vendedor de antibióticos, afirma que se había vuelto evidente que Tetraphase simplemente no tenía dinero para seguir probando sus otros medicamentos mientras invertía en el lanzamiento de Xerava. La reorganización y otros esfuerzos para recortar costos ahorrarán alrededor de US$ 8.2 millones al año, dijo la farmacéutica la semana pasada.

"Siempre ha sido una industria desafiante", asegura. Pero ahora, "todo el mundo quiere un retorno inmediato".

A diferencia de muchos nuevos medicamentos caros contra el cáncer, que pueden generar grandes ventas rápidamente, toma tiempo llevar antibióticos a la lista de medicamentos cubiertos de un hospital y hacer que los médicos se sientan cómodos recetándolos, explica Edwards. A veces el proceso puede llevar años.

Modelo fallido
Otra pequeña firma especializada en antibióticos, Achaogen Inc., se declaró en bancarrota en abril, menos de un año después de obtener la aprobación de un medicamento para infecciones del tracto urinario que mató cepas resistentes en el tubo de ensayo. En junio, la compañía, que alguna vez tuvo un valor de mercado de alrededor de US$ 1,000 millones, llegó a un acuerdo para vender la mayoría de sus activos, incluido el medicamento Zemdri, por solo US$16 millones, como parte de una subasta de bancarrota.

"El modelo de negocios, la forma en que reembolsamos y pagamos los antibióticos, fundamentalmente ha fallado", afirma Kevin Outterson, profesor de derecho de la Universidad de Boston que ha estudiado las fallas del mercado en el área de los antibióticos.

El gobierno debe actuar en un plazo de tres a seis meses para mejorar el reembolso de los antibióticos hospitalarios, o EE.UU. podría perder aún más capacidad para desarrollar nuevos medicamentos contra las bacterias, asegura.

Un proyecto de ley presentado en el Senado este mes permitiría que el programa gubernamental de Medicare para adultos mayores ofrezca reembolsos adicionales a los hospitales que usen ciertos antibióticos para tratar una infección grave o potencialmente mortal. La medida está respaldada por Infectious Diseases Society of America, que la califica de "necesidad urgente".

A varias compañías de antibióticos les queda menos de un año de efectivo, afirma Alan Carr, analista de Needham & Co. Los inversionistas asustadizos están agrupando injustamente a todos los fabricantes de antibióticos, independientemente de la calidad del medicamento o del tamaño potencial del mercado, que difieren de una compañía a otra, explica.

A menos que algo cambie, "es totalmente posible que podamos ver más quiebras", asegura.

Algunos pequeños fabricantes de antibióticos juzgaron mal el mercado al desarrollar medicamentos de alto precio centrados en cepas raras y resistentes que aparecen en los titulares, no en medicamentos para las cepas parcialmente resistentes que los médicos de cuidados intensivos ven regularmente, asegura Andrew Shorr, médico de atención pulmonar crítica en MedStar Washington Hospital Center.

"Hay una desalineación entre lo que el médico considera como su necesidad no satisfecha y lo que se está desarrollando", afirma Shorr, quien ha servido como consultor a Tetraphase, Achaogen y otros.

Debido a que los médicos a menudo no saben qué cepas tiene un paciente cuando comienzan el tratamiento, es poco probable que recurran primero a un nuevo medicamento costoso.

Edwards afirma que Tetraphase ha evitado algunas de las trampas que afectaron a otras compañías. Construyó una fuerza de ventas dirigida a Xerava con representantes experimentados en la venta a hospitales.

El precio de su medicamento fue de US$ 49 por frasco, o menos de US$ 200 por día para la mayoría de los pacientes, lo que lo hace más asequible. Xerava tuvo ventas de US$ 341,000 en el primer trimestre, que están en camino de duplicarse en los próximos tres meses, asegura.

Sin embargo, Edwards admite que "hay un elemento de carrera contra el tiempo".

Steve Brozak, de WBB Securities, predice muchas más reestructuraciones entre los fabricantes de antibióticos.

"Tetraphase está haciendo lo que tiene que hacer para sobrevivir", dice. "Están tratando de mostrar una tracción positiva al reducir sus gastos, racionalizar la operación y centrarse en una cosa: las ventas".

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