Telegram muestra que aunque se pierda el dinero, las normas y los anunciantes, la gente tiende a quedarse. Será igual con Twitter. Pero no será agradable. (Foto: Twitter)
Telegram muestra que aunque se pierda el dinero, las normas y los anunciantes, la gente tiende a quedarse. Será igual con Twitter. Pero no será agradable. (Foto: Twitter)

Por Parmy Olson