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Si bien las ventas de combustibles en el país hasta ahora no se recuperan a niveles prepandemia, las importaciones de derivados a mayor costo se incrementan año a año, y no hay perspectivas de que el Perú vaya a recuperar su autonomía en la producción local de hidrocarburos, a juzgar por proyecciones oficiales.
Según el último reporte de Perupetro a noviembre, las ventas de combustibles, en promedio, este año bordeaban los 260,000 barriles diarios, cuando a inicios del 2020 se aproximaban más a 270,000 barriles por día.
Además, según Carlos ,Gonzales, gerente de Enerconsult, de ese volumen total que consume el país, se importan cerca de 150,000 barriles, y precisó que entre enero y setiembre de este año las importaciones de combustibles llegaron a US$,8000 millones.
De acuerdo con el BCR, en el mismo periodo del 2021 el país había importado US$4,246 millones, lo cual a su vez resulta un 100.7% mayor con respecto a los US$2,115 millones importados en los nueve primeros meses del 2020.
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Esas cifras mostrarían que desde el 2020 hasta ahora, las importaciones de combustibles se habrían venido duplicando anualmente, pero a mayor costo. Hoy los precios de los derivados a nivel mayorista aún se encuentran hasta 43% más altos que en enero de este año, pese a que el precio del petróleo actualmente está más barato que en el primer mes del 2022.
Proyección a la baja
En esa línea, si bien se espera que Petroperú retome la producción de combustibles a partir de enero próximo, al poner en operación comercial su nueva refinería de Talara, las expectativas oficiales de producción nacional de petróleo más bien apuntan a una declinación constante.
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En una proyección quinquenal de Perupetro, esa entidad calcula que la producción local de hidrocarburos líquidos al cierre del 2022 alcanzaría en total los 139,318 barriles por día, pero en el 2023, 2024 y 2025 se contraería año a año.
Ese pronóstico incluye menor producción nacional de líquidos del gas natural, del cual se extrae el insumo para la fabricación de GLP (ver tabla).
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Los mismos pronósticos de declinación constante los prevé también para la producción nacional de gas natural (ver tabla).
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Al respecto, César Gutiérrez, ex presidente de Petroperú, indicó que la declinación en la producción petrolera se debe al envejecimiento de los pozos, particularmente los pertenecientes a lotes ubicados en la zona noroeste del país (Piura), que tienen más de 100 años de operación.
Explicó que, inicialmente, de esos pozos se extraían cerca de 100,000 barriles de petróleo en promedio diario, pero hoy algunos apenas producen 5,000 por día, aunque refirió que se podría aumentar su actividad si se lograra invertir en tecnologías actuales que permiten facilitar la extracción de crudo.
Futuro de lotes sigue siendo incierto
Sin embargo, sostuvo que el problema es que hasta ahora el Estado no ha definido qué va a suceder con esos lotes del noroeste, cuyo futuro preocupa, pues en pocos meses van a vencer los contratos de dos de estos, los lotes Z-2B y X, y ya no hay tiempo para someterlos a una licitación internacional, como había planeado Perupetro.
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Una alternativa para el Gobierno, agregó, sería que se les extienda el contrato a los actuales operadores de dichos yacimientos, para evitar que se paralice su producción, pero a la vez se debe dar incentivos para que inviertan en la nueva tecnología que se requiere para aumentar su producción.
En este punto, indicó que un incentivo sería que se apliquen reducciones en las tasas de las regalías que les exige el Estado cuando realicen inversiones para elevar producción.
Por su parte, el experto Carlos Gonzáles consideró que la agenda urgente para el sector es modificar la Ley Orgánica de Hidrocarburos para homologar los plazos de explotación de petróleo (30 años como máximo), con los de gas natural (40 años, máximo).
Añadió que se requiere aprobar una ley del canon que permita la homologación del canon de petróleo con el gasífero, así como una ley para el fortalecimiento de Perupetro, aprobar reglamentos de estabilidad tributaria para ese sector, la devolución del IGV para la fase de exploración, entre otras medidas.
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