El oficio de moda se encuentra en redes sociales, pero no necesariamente es un cuento de hadas.

Es verdad que en  como Facebook podemos ver a uno que otro individuo viajando por el mundo auspiciado por la veintena de marcas y con el millón y medio de followers presionando el 'like' como maníacos. No obstante, es una mera excepción.

Ser influencer no es rentable, afirma a Gestión.pe Ismael El-Qudsi, CEO de Social Publi. Pero sí un adicional interesante al trabajo del día a día (ver vídeo).

"Es un complemento, no una forma de vida. Incluso parece pernicioso decirle a nuestros hijos que por hacerse cuatro fotos bonitas en un auto o un desfile vas a poder vivir de eso", observa.

La razón es sencilla, se cobra muy poco. No todos tienen el millón de seguidores, pero todos pueden ser micro influencers a medida. Incluso si les sale una buena campaña, nada garantiza que se repetirá en los meses siguientes.

Social Publi​

Social Publi es una agencia publicitaria que utiliza influencers en lugar de anuncios. Cualquier usuario puede participar en las campañas de marketing a través de su web.

El promedio que cobran las personas por promocionar algún producto o marca en sus redes es de US$ 50 mensuales, según datos de la compañía española.

"Con esto no te da para retirarte ni para vivir de ello. Es una forma de ganar dinero haciendo cosas divertidas y hablando de lo que te gusta, pero nunca va a sustituir a un trabajo", añade.

¿Y qué pasa con los que cobran US$ 3,000 por un par de fotos en ? Pues son excepciones. Uno o dos en un mar de miles de aficionados tuiteando día a día.

¿Estafadores?

La forma más común de estafa en este negocio es la compra de seguidores. Y vaya que las empresas pican el anzuelo.

"Cuando la gente ve que reciben uno o dos dólares por alguna publicación piensan que si compran 10,000 seguidores van a recibir más dinero, y es ahí cuando comienzan a estafar a las empresas", anota el experto.

¿Cómo detectar a estos estafadores? Primero hay que saber de quiénes hablamos.

Las celebridades siempre han existido. Es decir, una Madonna o Messi son famosos y tienen una gran audiencia porque son exitosos. Luego, existen los líderes de opinión en sectores específicos. Es decir, un experto en tecnología es influyente en su campo y tiene una trayectoria o trabajo que lo valide.

En el tercer tipo comienzan las dudas. Son cuentas cualquiera que han amasado una gran cantidad de seguidores, y por lo tanto tienen una audiencia que le interesa a las marcas.

"Tendemos a confundir audiencia con influencia. Messi o Ronaldo tendrán mucha audiencia, pero solo influyen en ciertas áreas", explica. Y lógicamente, si los seguidores son falsos, no tiene ni uno ni lo otro.

"Es muy común que alguien tenga 500 seguidores y de un día para otro tenga 20,000. Solo pueden haber pasado dos cosas, o ha salido en la tv en prime time o ha comprado seguidores", añade.

Estos comportamientos, o un simple chequeo al tipo de comentarios en sus redes o a sus seguidores pueden darle una idea de si es alguien honesto o no. Incluso si no puede, con una rápida búsqueda en Google puede encontrar un abanico enorme de herramientas que le informan si los seguidores de tal influencers son falsos o no.

Campañas efectivas

Los son otra forma de atacar este segmento con menor riesgo a ser estafado.

"Puedes hacer una campaña con una persona que tenga un millón de seguidores. Pero también puedes hacer una campaña con mil personas que tengan mil seguidores cada una. Cuesta el mismo dinero", subraya.

La efectividad, tanto para empresas como usuarios, también depende de la red social.

Si bien YouTube es la que paga más, ya que el mismo Google ofrece regalías, además de la publicidad que venda el canal, es Instagram la que tiene mayor proyección.

"En Instagram sí nos fijamos en el bolso, vestido, zapatos de la persona y sí que hay más interacción si generamos mucho "me gusta". Comentamos más que en otras redes sociales, como Twitter, que es más para leer información y comentar sobre noticias, tech y política", observa.

Los sectores que más dinero y campañas atraen son los de belleza y turismo, que aprovechan bastante el potencial de la red social de los filtros. Curiosamente, aquí es donde se detectan las mayores estafas.