La ciudad de Trujillo es conocida como uno de los principales centros de producción de producción de calzado en el país. A pesar de que los efectos de la pandemia del coronavirus aún son devastadores para este sector, un conjunto de empresarios están apostando por las líneas que han cobrado mayor relevancia: el calzado casual y deportivo.
Stalin Ravello Ugarte, asesor de la Comisión para la Gestión y Reactivación del Sector Calzado en la Región La Libertad, señaló que los empresarios trujillanos se han visto en la necesidad de detener la producción de zapatos de vestir, porque el público ya no los demanda al estar vigente la prohibición de reuniones y eventos sociales.
“Muchos de los empresarios que continúan con sus actividades han migrado hacia la producción de calzado de tipo casual o deportivo, y zapatillas. Si bien la producción de este tipo todavía es muy pequeña, se perfilan como líneas bastante prometedoras. Algunos se dedicaban exclusivamente a los zapatos de vestir y ahora están incursionando en líneas más casuales”, sostuvo en entrevista con Gestion.pe.
Había unas 4,000 unidades productoras de calzado en Trujillo -que representan entre el 40% y 50% de las existentes a nivel nacional- antes de iniciar el estado de emergencia. Cerca del 70% se ubicaban en el distrito de El Porvenir, el 20% en Florencia de Mora y el 10% entre La Esperanza, Víctor Larco Herrera y el distrito capital.
Cuando empezó el estado de emergencia por la pandemia del coronavirus, las actividades del sector quedaron paralizadas y se autorizó su reinicio en la quincena de junio. No obstante, la enorme mayoría ha tenido dificultades para presentar su Plan de vigilancia, prevención y control del COVID-19 en el trabajo. De los cuatro millares de empresas, alrededor de 100 han presentado dicho documento y obtuvieron autorización para reanudar sus actividades. Ravello estima que entre 200 y 300 operan la clandestinidad, la gran mayoría se mantiene en pausa y otro tanto ha quebrado.
Como lo indica el representante gremial, el sector ya se encontraba golpeado desde años atrás por la competencia extranjera, puesto que las importaciones de calzado chino gozaban de precios y diseños con los que los productores peruanos no pueden competir debido a sus carencias en tecnología e infraestructura.
“Ya las empresas han venido trabajando a menos del 50% de su capacidad productiva debido a la competencia con los zapatos del exterior, con los que no podemos competir en precio y moda, porque no tenemos la misma tecnología y esos zapatos llegan subvaluados. Por eso propusimos al Gobierno un plan de compras de calzado para el año escolar del 2021, pero hasta ahora no se ha avanzado nada en ese sentido”, expresó Ravello.
En la actualidad -señaló- las compras estatales de calzado solo están dirigidas a abastecer a la Policía Nacional del Perú y son atendidas por un puñado de empresas de Lima.
Mientras tanto, las empresas de calzado trujillanas están vendiendo a niveles mucho menores que los previos a la pandemia, porque las familias no están priorizando este tipo de gasto en sus presupuestos. La mayoría de productores trujillanos tiene sus propias tiendas donde venden directamente los zapatos y han empezado a emplear los canales virtuales para la venta delivery. En medio de esta situación, Ravello Ugarte proyecta que se contabilizará, pasada la pandemia, la mortandad de por lo menos un 30% o 40% de las empresas.