El proceso de selección se lleva a cabo sin tomar en cuenta ciertos datos como el género, nacionalidad o el color de piel del candidato. (Foto: iStock).
El proceso de selección se lleva a cabo sin tomar en cuenta ciertos datos como el género, nacionalidad o el color de piel del candidato. (Foto: iStock).

En los últimos años ha cobrado impulso la práctica de reclutamiento a ciegas o Blind recruitment, a la que recurren las áreas de Recursos Humanos para fomentar la inclusión. Con dicha estrategia, las contrataciones de personal dejan de estar condicionadas por el género, raza, edad, preferencias universitarias, nivel socioeconómico, nacionalidad, ideología, orientación sexual o aspecto físico de los candidatos.

Por el contrario, los procesos de selección se enfocan en el potencial, experiencia y habilidades que poseen los aspirantes a un puesto.

Como lo indicó el gerente corporativo en Cornerstone, Paulo Stoll, muchos talentos permanecen ocultos o no son reclutados transparentemente debido a los sesgos que hay en las diversas compañías. “Cuando se combaten estos sesgos, las compañías obtienen beneficios cuantiosos de sus nuevos talentos”, expresó el gerente de la firma especializada en la búsqueda y selección de ejecutivos.

En ese sentido es que Stoll comparte los cinco beneficios que genera esta práctica:

Aumento en la diversidad de la fuerza laboral. Se incluye un porcentaje más elevado de mujeres, personas con discapacidad, diversas generaciones, etc., en las ternas finales, lo que también, incrementaría su presencia en cargos de primera línea como jefaturas, gerencias o direcciones.

Reducción del sesgo en los líderes corporativos. Cuando una compañía recurre al reclutamiento a ciegas, es porque ha insertado el mindset del compromiso con la diversidad en sus principales líderes, cortando las subjetividades que impiden estos procesos de selección.

Mayor productividad y compromiso. Que los colaboradores sean conscientes de haber obtenido su puesto gracias a su potencial y habilidades repercute positivamente en la producción y compromiso laboral.

Eleva los ingresos. Cuando la productividad incrementa, producto de la satisfacción laboral, repercute positivamente en las finanzas de la empresa. De ahí, el propósito de mantener elevado el grado de felicidad de los colaboradores.

Refuerza los valores de la organización. Si sus líderes creen fielmente en la inclusión, sus equipos también lo harán, por lo que, la cultura organizacional estaría adoptando un valor de aceptación, igualdad de oportunidades laborales y la no discriminación. Por último, la transparencia corporativa en los procesos de selección potencia el employer branding.


TAGS RELACIONADOS