La semana pasada dimos cuenta que la recuperación del empleo registrado entre abril y junio -con el aumento en 108% del número de ocupados en el segundo trimestre del año- se detuvo ante el temor de lo que pueda pasar en los próximos meses, de un cambio en las reglas de juego.
En concreto, desde fines de julio e inicios de agosto se registra una desaceleración del ritmo de contrataciones de personal ya que se está a la expectativa de los que pase y sobre todo de las acciones que realice la nueva administración gubernamental, liderado por Pedro Castillo.
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Ante ello, de las pocas contrataciones que se están efectuando, bajo qué modalidad contractual se están ejecutando.
Percy Alache, director del área laboral de PwC Perú, explicó a Gestión que actualmente hay mucha incertidumbre, lo que ha generado la paralización -en la mayoría de los casos- de los procesos de contratación en todos los sectores económicos.
“Lo que se está usando en las pocas contrataciones que se están realizando es la modalidad de contrato a plazo fijo por servicio específico o por emergencia debido a que no hay un incremento de actividades productivas ni tampoco hay una necesidad del mercado ya que -hasta el momento- ningún sector está repuntando en la economía nacional ”, detalló.
El contrato a plazo fijo por servicio específico únicamente se usa -valga la redundancia- para proyectos específicos con una duración determinada de tiempo, con fases pauteadas y definidas. “Bajo esta modalidad se puede contratar hasta por cinco años, sin embargo en la práctica es por tres meses y se va renovando de acuerdo a la necesidad”.
Mientras que el contrato a plazo fijo por emergencia permite contratar personal mientras dure la emergencia sanitaria o por una necesidad muy puntual que tenga la organización. Bajo este modalidad, se puede contratar ya sea por días o meses.
“Como el Estado está renovando la emergencia sanitaria permanentemente, hay algunas empresas que usan el contrato de emergencia con periodicidad mensual”, añadió.
El letrado subrayó que ante la poca certeza de lo que pueda pasar en los próximas días o meses, muchas empresas -más que contratar- están viendo la forma de reducir sus nóminas ante un contexto que va a demandar más ahorro.
“Se está buscando contrataciones más económicas como puede ser la contratación de más practicantes o con periodos de prueba más largos”, subrayó. En ese sentido, especificó que todos los contratos a plazo fijo tienen períodos de prueba, que generalmente son de tres meses.
“Lo que sucede es que se contrata a plazo fijo y a los 3 meses -tiempo que dura el periodo de prueba- se le da de baja, lo que trae un mayor nivel de rotación”.
Alache añadió que cuando se termina el periodo de prueba, el empleador puede renovar el contrato -si así lo desea- pero “si se pasa los tres meses (del periodo de prueba) ya tiene estabilidad y la única forma de desvincular posteriormente a esta persona es con el vencimiento de contrato”.
Mauro Ugaz, socio del área laboral de EY Perú, comentó -de otro lado- que actualmente hay menos contrataciones salvo que sean estrictamente necesarios y que se está usando con mayor intensidad el periodo de prueba.
“Por regla general el periodo de prueba es de tres meses, pero si es un trabajador de confianza se puede extender a 6 meses y si directivo o de la plana gerencial se puede extender a 12 meses. Estando en esos periodos, el trabajador puede ser cesado sin problema apelando al período de prueba de forma válida”, dijo.
Este es el recurso que más se está usando -desde la segunda vuelta- para evitar el pago de una indemnización o la contingencia de una reincorporación.
“El uso intensivo de los periodos de prueba empezó con la pandemia, pero con la reactivación económica su utilización bajo. Ahora -ante el panorama de incertidumbre- los empleados la están volviendo a usar”, puntualizó a Gestión.
-Renovaciones-
El experto de EY Perú precisó que el desconcierto sobre el futuro económico del país también está impactando las renovaciones de los contratos laborales de los trabajadores.
“Si antes se renovaba anualmente -de continuar la incertidumbre- probablemente baje a seis meses y si la situación se recrudece a 3 meses. Un comportamiento natural es que durante un periodo de incertidumbre se baje el tiempo de renovación de los contratos a plazo fijo debido a que un tiempo acotado permite a las empresas definir si continua o no con los servicios de un trabajador”, agregó.
De acuerdo a la legislación laboral vigente, el empleador puede renovarle el contrato a su trabajador (sujeto a plazo fijo) cada tres meses -por ejemplo- de manera consecutiva hasta por un plazo máximo de cinco años. Pasado este tiempo, el trabajador se convierte en un personal estable. Es decir, pasa a tener un contrato indeterminado (sin fecha de término).
“Es válido bajar el tiempo de renovación de los contratos siempre y cuando el contrato original -valga la redundancia- sea adecuado. Es por eso que muchas empresas están adecuando sus contratos temporales para no tener inconvenientes con las renovación o no renovación de sus vínculos laborales”, aclaró.
Lo que implica que cada contrato temporal cumpla determinados requisitos, por lo que una medida sana -precisó- sería que estos deben estar plasmados en el documento y su fiel cumplimiento.
Por su parte, el especialista de PwC Perú anotó que los contratos a plazo fijo que están venciendo, no están siendo renovados en la actual coyuntura, mientras que aquellos contratos que están cercanos a los cinco años, las empresas lo están cortando para evitar que se convierta en un contrato indefinido.
“Las empresas están teniendo mucho cuidado en optar por los contratos a plazo fijo porque estas deben tener un sustento. Lo que está pasando -ahora- es que todo vencimiento de contrato se ejecuta, lo que implica más la salida que el ingreso de trabajadores”, manifestó.
-Tendencias-
Alache agregó que las empresas avizoran que se viene una tendencia de izquierda muy marcada en materia laboral, la que se infiere con la decisión de Castillo de colocar como ministro de Trabajo a una persona de izquierda, a lo que se suma que la Comisión de Trabajo del parlamento la va presidir una partido de izquierda (Juntos por el Perú).
“La regulación que va a salir va ser muy proteccionista o mejor dicho muy protrabajador, lo que está generando que las empresas -de todos los tamaños- decidan quedarse con la gente que ya tiene en su planilla y no contratar a más”.
“El sentir actual no es contratar masivamente sino que las personas que ya están en la planilla realicen múltiples funciones, porque el costo de planilla es muy alto y los riesgos de una contratación fraudulenta o incorrecta también son altos”, reflexionó.
Nota
- De acuerdo a Bumeran Perú, el tiempo de recolocación -para posiciones de jefatura para abajo- subió de seis a ocho meses. Antes de la pandemia tomaba hasta tres meses recolocarse en un nuevo trabajo.
- Lo que se está viendo en el mercado laboral -según ManpowerGroup- es que las empresas están exigiendo un mayor perfil de los postulantes para una plaza debido a que -por lo menos esta año- no habrá inversión en capacitación.
- Lo que está generando que el tiempo de búsqueda se extienda hasta 20 días en promedio. Antes del COVID, a las empresas les tomaba 12 días encontrar al postulante que calzaba con el perfil que buscaban.
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