Nuestro mundo es cada vez más insostenible para la humanidad, y en palabras del filósofo francés François Vallaeys, los cambios que necesitamos realizar deben ser sistémicos, concertados entre múltiples actores públicos y privados, inter e intranacionales.

“Las habilidades éticas requeridas son también sistémicas, es decir ser capaces de responsabilizarnos por todos los impactos y cadenas de actores de nuestro actuar colectivo; esto implica muchas innovaciones socioeconómicas”, dijo el profesor e investigador de PBS.

Sin embargo, el ponente explicó que los patrones éticos que se promueven hoy en día siguen centrados en la ética individual como única dimensión, en tanto se desconocen las habilidades de pensamiento complejo y la ética de la sostenibilidad.

“El desfase entre las sensibilidades éticas aprendidas y los problemas sistémicos impide esperar que los actores sociales tengan la voluntad y la competencia requeridas. Solo les queda cumplir con actividades generosas puntuales y sin ningún impacto sistémico. De ahí la confusión crónica entre responsabilidad social corporativa y filantropía, y la falta de cambio”, agregó el ponente.

Ante este panorama, Vallaeys propone practicar en todos los ámbitos una ética de tres dimensiones: la virtud personal basada en la práctica de la bondad para con el prójimo, la justicia social basada en los derechos humanos y la democracia participativa, y la sostenibilidad planetaria basada en el cuidado de las condiciones ecológicas que permitirán a las futuras generaciones vivir en un mundo habitable y acogedor.

Esta ética en 3D es la única que promueve una verdadera gestión socialmente responsable de las organizaciones, puesto que nos responsabiliza ante los impactos ínter-personales, sociales y ambientales de las decisiones corporativas.

Además, permite entender que la generosidad filantrópica no basta, si no se tiene cuidado de todos los impactos del core business a lo largo de la cadena de proveedores, y si no existen alianzas territoriales entre los distintos actores sociales (privados y públicos, con o sin fines de lucro) para instituir una verdadera economía reparadora del mundo, que logre crear valor en base al mejoramiento del bienestar humano y la biodiversidad.

“Nuestra época nos plantea el desafío de hacer de la responsabilidad social una estrategia de innovación social para nuevos negocios éticos, justos y sostenibles a la vez. No me digas qué haces con los beneficios, dime cómo los obtienes, y con quién te asocias para crear un mundo mejor”, concluyó el experto, quien destacó el en el Congreso sobre las Sociedades de Beneficio e Interés Colectivo.

Próxima charla gratuita

Tema: Próxima crisis financiera mundial
Ponente: Roberto Bonifaz, PhD. en Economía de Boston University.
Fecha y lugar : 10 de octubre a las 7:30 a.m. en el aula J 504 de PBS (Jr. Sánchez Cerro 2098, Jesús María)
Registro: Exclusivo para suscriptores de Gestión a través de

Para ilustrar su teoría, Vallaeys recurre a una pintura de Francisco de Goya en la que dos hombres pelean sobre arenas movedizas: "El problema en la economía mundial es que todos se fijan en los actos de la competencia, nadie se fija por los impactos, el hundimiento de todos. El impacto es resultado colectivo de los actos individuales. En el cuadro, los hombres no tienen la posibilidad de mirar abajo. Aquí los impactos son invisibles, mientras los actos resultan demasiado visibles. Sin una ética que mira los impactos, la bondad se queda ciega. La ética que acompaña la responsabilidad social organizacional mira hacia los impactos".
Para ilustrar su teoría, Vallaeys recurre a una pintura de Francisco de Goya en la que dos hombres pelean sobre arenas movedizas: "El problema en la economía mundial es que todos se fijan en los actos de la competencia, nadie se fija por los impactos, el hundimiento de todos. El impacto es resultado colectivo de los actos individuales. En el cuadro, los hombres no tienen la posibilidad de mirar abajo. Aquí los impactos son invisibles, mientras los actos resultan demasiado visibles. Sin una ética que mira los impactos, la bondad se queda ciega. La ética que acompaña la responsabilidad social organizacional mira hacia los impactos".

Para ilustrar su teoría, Vallaeys recurre a una pintura de Francisco de Goya en la que dos hombres pelean sobre arenas movedizas: "El problema en la economía mundial es que todos se fijan en los actos de la competencia, nadie se fija por los impactos, el hundimiento de todos. El impacto es resultado colectivo de los actos individuales. En el cuadro, los hombres no tienen la posibilidad de mirar abajo. Aquí los impactos son invisibles, mientras los actos resultan demasiado visibles. Sin una ética que mira los impactos, la bondad se queda ciega. La ética que acompaña la responsabilidad social organizacional mira hacia los impactos".