AFP.- El auge de Wall Street desde su elección le da al presidente argumentos para ufanarse, pero algunas voces alertan sobre la gestación de una burbuja financiera capaz de estallar a mediano plazo.

Con su administración en crisis, Trump afirmó el jueves en Twitter: "El mercado de acciones logra su mayor racha de ganancias en décadas. ¡Gran nivel de confianza aún antes de lanzar el plan de impuestos!"

Luego en comentarios a periodistas en la Casa Blanca cargó nuevamente contra los medios: "Jamás veo información alguna sobre la bolsa que bate récords todos los días", dijo. "Los medios que mienten no gustan de hablar de economía", subrayó.

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El índice industrial Dow Jones, la estrella de Wall Street, ganó más de 15% desde que Trump ganó las presidenciales del 8 de noviembre. Primero superó por primera vez en su historia la barrera de los 19,000 puntos, luego la de los 20,000 y actualmente va rumbo a los 21,000 puntos.

La última no fue una buena semana para Trump debido a la suspensión del decreto contra la inmigración y la renuncia de su Consejero de Seguridad Nacional Michael Flyn, señaló Nicholas Colas, jefe de estrategias de la firma Convergex.

"Sin embargo, los acciones siguen subiendo. Parece claro que para los inversores esos problemas son más circunstanciales que una muestra de un mal funcionamiento general", resaltó.

Esa agenda económica es lo que hace las delicias de los mercados pues su menú incluye eliminar reglamentaciones, rebajas de impuestos y más gasto público.

Bastó que el miércoles pasado Trump dijera que en dos o tres semanas presentará una "fenomenal" reforma tributaria para que iniciara una serie de cinco sesiones en niveles récord que se atemperó este jueves.

Desde que ganó las elecciones, Trump no reveló ideas económicas concretas. Nadie sabe cómo será el programa de grandes obras de infraestructura ni tampoco cómo se ejecutarán los recortes de impuestos.

Al recibir a empresarios el miércoles en la Casa Blanca, Trump expresó "gran confianza" en la economía y se congratuló por la cantidad de empleos creados en enero.

Cuando era candidato, Trump cuestionaba las estadísticas oficiales de empleo. Decía que la tasa de desocupación era de 40% cuando desde hace meses está por debajo de 5%.

Si bien hoy está feliz con , en setiembre decía que Estados Unidos estaba cerca de una "horrible y gorda burbuja financiera". En ese entonces, el Dow Jones rondaba los 18,000, o sea que estaba muy por debajo de los más de 21,000 actuales.

Dólar fuerteStephen Ricchiuto, de la firma Mizuho, estimó que las expectativas con las acciones parecen estar "fuera de la realidad".

"Pueden subir 10% en el año por recompra de acciones, aumentos de dividendos y mejores expectativas para 2018, pero 20% parece demasiado agresivo", afirmó.

Interrogada en el Congreso sobre el auge bursátil, la presidenta de la Reserva Federal Janet Yellen evitó mencionar a Trump.

Señaló sin embargo que "los actores del mercado prevén cambios en la política presupuestal capaces de estimular el crecimiento y eso hasta puede impulsar los beneficios, tal vez a través de reducciones de impuestos".

Una aceleración del ritmo de crecimiento puede aparejar un aumento más rápido de las tasas de interés lo cual encarecería créditos y deudas de los hogares.

El fortalecimiento del dólar, que se hizo notorio a comienzos de este mes, podría ser un arma de doble filo para las veleidades proteccionistas de Trump.

Un dólar fuerte encarecería las exportaciones estadounidenses y abarataría las importaciones, lo cual no se ajustaría demasiado a la obsesión de Trump por inundar los mercados del mundo con productos "Made in USA".