Después de tres años de desesperanza, el número 100 finalmente está comenzando a reaparecer en las proyecciones de los analistas del mercado.

Una caída en la nueva producción fuera del área de shale de Estados Unidos en 2019 podría ayudar a hacer que el crudo Brent supere brevemente los US$100 por barril el próximo año, según la consultora londinense Energy Aspects.

La Agencia Internacional de Energía también tiene un número 100 en su última perspectiva, publicada el viernes. Si bien no pronostica precios y aún no ve tan a futuro como el 2019, estima que en el cuarto trimestre de este año habrá por primera vez una demanda mundial por sobre los 100 millones de barriles por día.

La caída del petróleo se acabó: ¡salve el regreso del precio del crudo de tres dígitos! Bueno, tal vez, brevemente.

Los ministros y amigos de la OPEP que se reúnen hoy en Omán para evaluar su acuerdo de producción serían prudentes en no dejarse llevar demasiado.

La Agencia Internacional de Energía, como destaqué la semana pasada, es mucho menos optimista que otros expertos sobre el crecimiento de la demanda en los próximos meses. Para algunos, esto aumenta el riesgo de que el pronóstico que más se sigue en el mundo subestime de manera significativa el uso del petróleo y, como resultado, la velocidad en que el mercado petrolero volverá al equilibrio y la presión al alza sobre los precios.

La recuperación económica generalizada está preparando al mundo para el crecimiento de la demanda de 1.7 millones de barriles por día en 2018 y existe la posibilidad de que llegue incluso a 2 millones de barriles, según Energy Aspects.

Ciertamente hay mucha expansión en el entorno: el Banco Mundial ha elevado su pronóstico de crecimiento del PIB mundial para este año a un 3.1% desde el 2.9% que proyectó en junio. Con un fuerte impulso económico en casi todos los países y regiones, "no hay un lastre real en el crecimiento de la demanda de petróleo", dijo Energy Aspects el 15 de enero.

Pero podría haber uno en marcha. El aumento de los precios puede tener un efecto de enfriamiento en el crecimiento de la demanda y los precios del crudo de referencia han aumentado más del 55% desde que comenzó su recuperación en junio. Los precios minoristas para los usuarios finales están sintiendo esto.

La gasolina y el diésel de EE.UU. tienen el precio más caro para esta época del año desde 2014 y, a diferencia del patrón estacional normal, los precios en las estaciones de servicio ya están aumentando. Lo mismo ocurre en Europa.

El fuerte crecimiento de la demanda en los países desarrollados de América del Norte y Europa en el primer semestre de 2017 fue "en gran parte atribuible a precios más bajos", dice la Agencia Internacional de Energía. Es poco probable que los conductores se beneficien de movimientos similares de precios este año.

Lo que sucede con los propietarios de autos en las naciones ricas no es la única fuente de tensión en la demanda. Muchos países en desarrollo aprovecharon la fuerte caída de los precios para reducir subsidios a los productos derivados del petróleo, lo que podría amplificar el impacto de un mayor precio del crudo en lo que pagan los usuarios finales.

Y algunos países menos desarrollados se están cambiando al gas natural desde el petróleo. La Agencia Internacional de Energía prevé que desde 2014, 540.000 barriles por día de demanda de gasóleo, combustóleo y crudo serán desplazados por el gas en cinco países no pertenecientes a la OCDE.

Arabia Saudita también ha reducido su uso directo de crudo para la generación de electricidad en alrededor de 100,000 barriles por día en los últimos dos años. El tema del desplazamiento continuará este año.

El empate de las reservas mundiales debería reanudarse en el segundo trimestre, incluso en medio de la creciente producción de la OPEP, según Energy Aspects.

La Agencia Internacional de Energía también ve un gran aumento en la producción de petróleo este año, incluido un "crecimiento explosivo" en EE.UU. Dado que el repunte de la oferta de países que nos son miembros de la OPEP superará el aumento de la demanda, estima que la necesidad mundial de producción de la OPEP caerá alrededor de 600.000 barriles por día en comparación con el año pasado, a un nivel inferior a la producción del mes pasado. La implicación de eso para los precios es clara: si la Agencia Internacional de Energía tiene razón, la posibilidad de que el petróleo alcance los US$100 por barril es remota.

Los precios más altos aún pueden cortar las alas del crecimiento de la demanda de petróleo que la OPEP y sus amigos necesitan. No deberían permitir que el dulce olor del éxito que han tenido hasta ahora se les suba a la cabeza en Omán.