La historia muestra que el colapso del 7% del peso chileno en las últimas dos semanas podría no ser suficiente para presionar al banco central a intervenir, ya que el Banco Central de Chile (BCCh) es mucho más resistente a las oscilaciones de divisas que la mayoría de los bancos centrales de América Latina, cuya última intervención cambiaria se registró en el 2011.