“No vemos ningún problema. Se trata de un elemento más de la guerra psicológica, de la guerra híbrida, en la imaginación febril de quienes desataron la guerra para destruir Rusia”, aseguró Riabkov. (Foto: Stefan Wemuth / Bloomberg)
“No vemos ningún problema. Se trata de un elemento más de la guerra psicológica, de la guerra híbrida, en la imaginación febril de quienes desataron la guerra para destruir Rusia”, aseguró Riabkov. (Foto: Stefan Wemuth / Bloomberg)

El viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, afirmó que los planes occidentales de poner un tope al precio del petróleo que exporta Rusia para recortar los ingresos del país no surtirán efecto.

Los planes de crear un ‘anticártel’ fracasarán. Hallaremos alternativas, medios para garantizar los ingresos”, dijo Riabkov, citado por la agencia Interfax.

Agregó que el gobierno “se ocupa intensamente” de este asunto, tanto a nivel de órganos federales del Ejecutivo como en el ámbito empresarial.

No vemos ningún problema. Se trata de un elemento más de la guerra psicológica, de la guerra híbrida, en la imaginación febril de quienes desataron la guerra para destruir Rusia”, aseguró Riabkov.

Destacó que “los intentos de dirigir los mercados, de imponer a los mercados sus ideas de lo que es bueno y lo que es malo, se convierten en el eje de la política del grupo occidental”.

El viceministro añadió que, aunque todo esto es de lamentar, Rusia constata que el “mundo multipolar ya es una realidad y afortunadamente en la economía mundial no todo depende de un grupo de Estados que se creen los rectores del mundo”.

El pasado 28 de junio los líderes del G7 plantearon la posibilidad de prohibir el transporte del petróleo ruso a menos que su venta respete un precio máximo acordado con los socios internacionales.

Sobre el petróleo consideramos diversas opciones, incluida la posibilidad de una prohibición total de servicios que permitan el transporte de petróleo y derivados del petróleo rusos a nivel mundial”, dice el comunicado conjunto del G7 tras la cumbre celebrada en Elmau (sur de Alemania).

Esa prohibición no se implementaría, según el comunicado, en caso de que “el petróleo se compre a un precio acordado con los socios internacionales o por debajo de éste”.

La medida apunta a reducir los ingresos petroleros de Rusia, con los que según Ucrania y sus aliados occidentales, el régimen de Vladimir Putin financia su invasión y guerra en Ucrania.

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