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Los temores a una guerra comercial mundial aumentan. Japón está envuelto en un escándalo político embarazoso. Los cambios de funcionarios en la Casa Blanca se suceden rápidamente y Estados Unidos enfrenta la amenaza de subidas de tasas de interés más veloces.

En otra época, esta mezcla sería la receta perfecta para una elevada volatilidad financiera. Pero en meses recientes, los mercados han restado importancia a los riesgos y las malas noticias geopolíticas recurrentes, para seguir enfocados en las pistas macroeconómicas positivas.

Sin embargo, Guy Debelle, el banquero central australiano que supervisó una revisión de los estándares cambiarios globales, dice que esto no tiene sentido.

El viernes, el vicegobernador del Banco de la Reserva de Australia dijo en Sídney que él encuentra "desconcertante que las medidas de la volatilidad no parecen incorporar mucha incertidumbre".

"En el pasado, yo he previsto que la volatilidad subiría estructuralmente y esto resultó equivocado", dijo. "Pero existe una probabilidad mayor de tener razón esta vez".

Para Paul Dales, economista jefe de Capital Economics con sede en Sídney, los mercados "están tomando todo esto con calma porque la economía global está bastante fuerte y se prevé que siga fuerte tanto este año como el próximo probablemente sea correcto que los eventos recientes no descarrilarán eso".

Los inversores tuvieron una prueba de cómo podría sentirse una escalada de la volatilidad cuando las acciones globales fueron golpeadas a inicios de febrero por los temores de subidas más rápidas de las tasas de interés estadounidenses.

Sin embargo, esa ola de ventas fue de corta duración y los precios de las acciones ahora no están muy lejos de sus máximos de febrero.

Una medición de la volatilidad del mercado está cerca de mínimos históricos, mientras que la mayoría de las estimaciones de la prima a término de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años están cerca de cero, o incluso son negativas, pese a las proyecciones de múltiples alzas de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos este año y el próximo.

Esto se produce en momentos en que el mundo está viendo el primer crecimiento mundial sincronizado desde el 2007, con fuertes ganancias corporativas y una impactante creación de empleos.

Tasas más altas podrían empañar el optimismo, y ese es solo uno de los riesgos.

Guerra comercial
El peligro de una guerra comercial mundial sigue latente después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, estableció aranceles sobre el acero y el aluminio importados y amenazó con otros aranceles a los productos chinos.

En Japón, un escándalo de favoritismo ha envuelto al primer ministro Shinzo Abe y al ministro de Finanzas Taro Aso, causando incertidumbre en torno a la estabilidad política.

Y an así, la respuesta del mercado hasta ahora sigue siendo: mantener la calma y mirar a otro lado.

Peses a eventos sorpresivos como la votación británica a favor de salir de la Unión Europea, el peligro de una ruptura de la zona euro y las amenazas nucleares de Corea del Norte, la volatilidad del mercado tuvo una subida solo temporal.

De hecho, los retornos de las acciones el año pasado estuvieron entre los más altos desde la crisis financiera global del 2008. A los mercados emergentes también les fue bien y el dólar australiano, considerado un termómetro del riesgo global, subió 8.7% en el 2017, su mejor comportamiento en siete años.

Para Shane Oliver, el jefe de inversiones de AMP Capital, con sede en Sídney, los riesgos pueden crear oportunidades de compra.

"Es difícil cuantificar los riesgos geopolíticos", dijo. "Suele tener más sentido que los inversores se enfoquen en las oportunidades que crean, más que en tomar refugio de largo plazo de ellos en posiciones de efectivo con retornos bajos".