Tras los impactos que ha dejado el COVID-19 en el país, desde el Ministerio de Economía Finanzas (MEF) se trabaja en continuas medidas para impulsar la reactivación económica.
En una reciente entrevista a este medio, el titular del sector, Waldo Mendoza, afirmó que la inversión pública será la ‘bala de oro’ del Gobierno para apuntalar dicha reactivación del país y se hará todo lo necesario para que la inversión estatal crezca a dos dígitos durante el 2021.
Cabe recordar que la inversión pública reportó un primer resultado positivo en el mes de octubre de este año, con un crecimiento de 6.4%, luego de 7 meses de resultados negativos. La tendencia al alza continuó y para el mes de noviembre la inversión del Gobierno creció 28%, impulsada por la ejecución en los gobiernos locales.
Al respecto, Sebastián Nieto Parra, jefe para América Latina y el Caribe del Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), señaló a Gestión.pe que en efecto, la inversión pública es importante. No obstante, requiere de otros factores para lograrla tan ansiada recuperación de la economía.
Según indicó, el papel de las inversiones es fundamental pues ello permitirá, precisamente, políticas de inversión que generen empleo formal.
“Sin duda (la inversión pública) tiene que ir acompañado de la inversión privada y algo que está vinculado con ello es de qué forma se genera un marco institucional creíble para la inversión privada”, sostuvo.
Mencionó que un reciente informe de la OCDE para América Latina analiza la denominada “trampa institucional”, donde se muestra cómo un país se encuentra en un círculo vicioso ante la falta de credibilidad de las políticas públicas lo cual lleva a una ‘moral tributaria baja’, es decir, una baja capacidad de disposición a pagar impuestos, lo que finalmente lleva a realizar un gasto único reducido que implica servicios de menor calidad y de menor envergadura.
“Al final ese círculo vicioso afecta la credibilidad y empieza la baja moral tributaria, entonces para romper esta trampa institucional y salir de ese círculo vicioso se necesita mejor transparencia, políticas de anticorrupción, también reglas claras, seguridad jurídica. El papel de la transformación digital también es importante para generar mejor capacidad de la administración tributaria y realizar políticas anti evasión a nivel nacional e internacional. Todas estas acciones van a generar un tejido que puede dar la credibilidad para las inversiones que se necesitan en Perú”, dijo Nieto al indicar que precisamente este jueves 17 hablará sobre el papel de la institucionalidad en América Latina en la conferencia “Acelerando la recuperación económica Post COVID-19″.
El economista señaló que la buena noticia para Perú es que dentro de esta crisis del COVID-19 el país cuenta con un menor endeudamiento público y con una capacidad de poder tener mayores recursos para responder a esta difícil realidad y sobre todo, para la recuperación económica.
Estrategia productiva y la formalidad
Nieto Parra señaló que en medio de la crisis que actualmente se vive en América Latina por la pandemia del coronavirus se observa choques asimétricos que están afectando a los grupos más vulnerables, lo que involucra a los trabajadores informales.
En esa línea, destacó la necesidad de desarrollar una estrategia productiva para generar mayor empleo formal en el Perú. Y es que según recalcó, en el país el empleo formal es bastante reducido y para responder la alta informalidad se necesita políticas multidisciplinarias.
De acuerdo al INEI, a setiembre del 2020 la tasa de informalidad en el país se elevó a 75.2% mientras que la tasa de formalidad se redujo a 24.8%.
El especialista indicó que un análisis económico tras el impacto del COVID-19 realizado por el equipo de la OCDE revela que en América Latina un 40% de trabajadores no está cubierto por un régimen de asistencia social o protección social, y en el caso de Perú, este porcentaje es inclusive mayor. En esa línea, dijo que en esta crisis Perú se encuentra descubierto en cuanto a la cobertura de estos trabajadores.
“Viendo de forma positiva vemos acciones que se han tomado en varios países de la región, inclusive hablando de políticas bastante difíciles que en el pasado habían sido complejas de adoptar. En el caso de Perú, por ejemplo, se brindó el bono familiar universal y similar medida se aplicó en Colombia bajo el programa ‘Ingreso Solidario’. Entonces una la de las lecciones que queda es que primero es saber focalizar las políticas públicas a los más vulnerables, los que no están cubiertos”, dijo.
La otra lección, continuó, es que se necesita un tejido productivo más sostenible, ya que cerca del 20% de las microempresas pueden caer en quiebra y ante ello, se requiere generar mayor valor agregado, hacer una mejor inserción de las pequeñas empresas en las cadenas de valor y desarrollar estrategias productivas a nivel regional.
“Estamos frente a una crisis global donde el comercio internacional está siendo fuertemente afectado, donde la recuperación va a ser muy lenta a nivel mundial y donde más que nunca necesitamos también ver la forma de desarrollar más cadenas de valor. Sobre políticas de empleo formal se debe seguir avanzando y como vemos, la informalidad es algo muy complejo que tiene que ver con la regulación del mercado laboral”, manifestó.