El 2019 se despide con el arribo de dos nuevos operadores móviles virtuales (OMV) –que alquilan la red de una operadora con red para prestar el servicio de telefonía móvil– y con grandes cambios en Telefónica como la búsqueda de un socio estratégico para su nueva unidad de negocios, que unifica sus operaciones en América Latina, incluyendo la de Perú (a excepción de Brasil).
Ante ello, ¿cabe la posibilidad para el arribo de otras operadoras en telefonía móvil?
Rafael Muente, presidente del Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones (Osiptel), consideró que el Perú no es un país con una masa de usuarios como para tener a cinco operadores en el mercado, aunque –aclaró– que todo dependerá de los incentivos que puedan establecerse desde el Estado para la llegada de nuevos jugadores en el competitivo sector de las telecomunicaciones.
“No creo que el Perú sea un país con una masa de usuarios como para tener cinco operadores, pero habrá que ver si es que alguno se interesa. Obviamente los incentivos que pueda establecer el Estado –que no está a cargo de Osiptel– podrían generar el interés de algún ‘jugador’, pero es difícil”, comentó en diálogo con este diario.
–¿Por qué lo ve difícil? –
Principalmente por la masa de usuarios. Actualmente tenemos algo más de 40 millones de líneas móviles activas, lo que implica que tenemos más teléfonos activos que ciudadanos, entonces ¿cuántas líneas más vamos a tener? Es lo complicado, donde yo sí creo que hay oportunidades en un mercado maduro, en la que se estabilice un poco más los precios y la competencia es para los Operadores Móviles Virtuales (OMV).
–Se han sumado dos nuevas OMV casi al terminar el año, ¿se esperarían más? –
Un OMV lo que mira es un nicho y está relacionado con el concepto de creatividad e innovación. No hay que descartar que existan más Operadores Móviles Virtuales en Perú en el mediano plazo, tomando en cuenta que va a un público específico.
–En esa línea, ¿qué se viene en materia regulatoria para el 2020? –
Una agenda desregulatoria, lo que implica derogar aquellas medidas desfasadas y que no agregan valor al desarrollo de la competencia. Ya hemos hecho el inventario de todas las normas existentes.
–¿Qué normas serán derogadas?–
Hay normas, por ejemplo, que establecen requisitos que ya no son aplicables porque se trataban de tecnologías que en su momento estaban vigentes. Además, hay procesos que tranquilamente pueden ser digitalizados y simplificados. Sin embargo, no puedo adelantarte cuáles son las normativas que se van a derogar y las que se van a mantener porque esto es un trabajo que lo viene realizando la Gerencia de Políticas Regulatorias. En el primer trimestre del 2020 esperamos tener una discusión pública sobre las primeras normas a eliminarse.
–¿Qué otras acciones se ejecutarán?–
Acabamos de aprobar en el último Consejo Directivo una metodología para el establecimiento de sanciones, lo que significa establecer fórmulas objetivas y que establezcan factores que se relacionen entre sí y den como resultado una sanción. Esta fórmula será dada a conocer a las empresas, que van a tener predictibilidad de cómo se calculó la sanción a imponérseles. De esta manera, se reduce el nivel de subjetividad. Otro cambio que se viene para el primer semestre del 2020 es respecto a qué sanciones serán consideradas como leves, graves o muy graves, la que tendremos que prepublicar ya que con el tiempo, hay infracciones que van quedando relegadas y otras incluso del saldrán cuadro. Es un proceso que va ser abierto.
-El mercado está buscando fidelizar a sus clientes-
El presidente del organismo regulador destacó que los reclamos en telefonía móvil han bajado sustancialmente este año dado que el 2018 se registraron cerca de 2’370,000 y el 2019 se tuvo 1.9 millones, lo que implica una reducción de 20%. Este resultado –en opinión de Muente– se debe a que la competencia ya no es base a precios sino a servicios
“La guerra precios entre las telco ha pasado a transformarse a una competencia en base a servicios y ello ha generado que las empresas –por ejemplo– refuercen sus áreas de atención al cliente, que digitalicen sus servicios y que generen mecanismos digitales para aceptar un reclamo. El mercado esta buscando fidelizar al cliente más que estar compitiendo por arrebatárselos, lo que implica –entre otros cosas– la experiencia del usuario”, refirió.