De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Perú cuenta con 6.4 millones de hectáreas potenciales para el riego, de las cuales 2.6 millones de hectáreas tienen algún equipamiento de riego.

"Además el 89% del agua disponible es de uso agropecuario, siendo su extracción total de 13.7 millones de metros cúbicos de agua, según FAO", mencionó Paola Gutiérrez, gerente técnico de Netafim Perú.

¿De dónde saca el Perú sus reservas de agua? pues según la misma FAO, el 21 es agua subterránea, mientras que el 61% es agua superficial y el 18% corresponden a aguas mixtas.

"Las fuentes mencionadas no garantizan ser una reserva renovable o con disponibilidad a largo plazo, pues dependen de su origen: tipo de acuífero, de dónde proceden (nevados o lluvias), aguas de excedentes o drenaje y aguas residuales. A esto hay que sumar la calidad de la fuente del recurso hídrico, esto es las características físicas y químicas", dijo Gutiérrez.

Agregó que estas características cambian por diversos factores llegando a tener que invertirse en obras de infraestructura de tratamiento para su consumo o simplemente definirlas como no aptas para su uso agrícola.

"Al no existir, en muchos lugares, equipamiento e infraestructura para su extracción de forma programada, regulada y con aforos confiables, terminamos perdiendo la oportunidad decisiones estratégicas en cuanto a su almacenamiento que permitan dar un uso razonable de este recurso", anotó.

Explicó que esto se vio reflejado en el último fenómeno de El Niño Costero, dónde se vio que el Perú no estaba preparado con infraestructura de regulación, captación y almacenamiento de agua, "convirtiéndose en un problema y no en una solución ante posibles situaciones de sequía".

"Muchos ven en el agua subterránea una solución para ser complemento del riego en el Perú, y lo es sin duda, sin embargo sin estudios no podremos establecer los límites y contingencias que implica este tipo de extracción, necesitamos estudios serios y que correspondan al acuífero sobre el cual se debe definir la estrategia de extracción", subrayó.

Gutiérrez manifestó que la base de un análisis correcto para poder ver oportunidades en un fenómeno climático, como fue el Niño Costero, es la calidad y confiabilidad de la información.

"Este tipo de información hoy existe, tenemos estaciones de uso del Ministerio de Agricultura y privadas. Sin embargo, no contamos con una sistematización integrada de todos estos datos", dijo.

Explicó que en el mercado se tienen diversas soluciones que integran la información y permiten adelantarnos no sólo en las decisiones agronómicas sino también de inversión y planes de contingencia.

"Netafim viene desarrollando plataformas que integran las operaciones de campo y clima, porque somos conscientes que sin información histórica no será posible tomar decisiones y hacer proyecciones profesionales", acotó.

La ejecutiva detalló que el Perú ha desarrollado el foco de su agricultura tecnificada en la costa, y los campos con sistema de riego tecnificado, lograron el máximo provecho de los sistemas de inyección de fertilizantes y minimizaron los riesgos que podían generarse durante las lluvias.

"Existen muchas soluciones que combinadas apropiadamente, minimizan los riesgos a nuestra inversión. Los equipos de monitoreo permitieron correcciones en el riego después del fenómeno del Niño Costero, pues corrigieron los planes de recuperación del cultivo, ajustando la estrategia del agrónomo", mencionó.

Si bien subrayó que los sistemas de riego han logrado aportar en ese sentido, las obras de infraestructura mayor en este tipo de eventos climatológicos son las que hacen la diferencia.

EnseñanzasLa ejecutiva explicó que los agricultores peruana están enfocados en lograr la mayor rentabilidad y calidad de producción pero esto no sólo es responsabilidad del sistema de riego que usan.

"Una parte del proceso es la fertilización y gran parte del presupuesto de un agricultor se tiene en el consumo de fertilizantes. El riego por goteo nos da mayores eficiencias frente a otras soluciones, entregándonos directamente el fertilizante directamente a la raíz de las plantas (como si inyectáramos directo a la vena)" , aseveró.

En ese sentido, puntualizó que el aprovechamiento de los fertilizantes en el ciclo de producción de un cultivo, será superiormente más eficiente frente a otro tipo de tecnología de riego.

"El sistema de riego por goteo no es costoso si lo comparamos con el impacto económico en la operación del cultivo", acotó.

Agregó que las zonas con mayor incidencia de uso de esta tecnología es la costa, principalmente dentro de los proyectos especiales de irrigación, y con mayor énfasis en el norte del país (57%).

Según las estadísticas reportadas por FAO, basadas en 2.6 millones de hectáreas equipadas para riego, existe un 5% que usa la técnica de riego localizado, otro 3% que usa aspersión y 92% emplea riego superficial, que es un sistema de riego con menor eficiencia en el uso del recurso hídrico.

"Muchas son las ventajas de usar riego por goteo, sin embargo, debemos tener en cuenta que una solución de riego debe estar definida por las condiciones que tenemos para el desarrollo del cultivo", subrayó.

En base a esta premisa, subrayó que conceptualizar los sistemas periféricos es de gran impacto para así lograr el proyecto de riego que el agricultor necesita, y no solamente enfocarnos en la tecnología del sistema de riego.

"Si vamos a comparar un sistema de riego por inundación en zonas donde el costo de agua es mínimo, pienso no tendrá alguna ventaja, pero si este cultivo tiene uso de insumos de mayor costo (a nivel operativo) el inversionista podría tener la intención de revisar y ver una oportunidad de mayor rentabilidad a largo plazo; aún la inversión le parezca alta con respecto al sistema de riego por goteo", comentó.

Finalmente, dijo que el daño que ocasionó el fenómeno del Niño Costero en predios con sistemas de riego, se dio principalmente por la ubicación de los predios en zonas vulnerables, problemas con la infraestructura mayor de riego, falta de drenajes para conducir los excedentes de lluvias y otras condiciones particulares, que no estuvieron previstas tanto por el Gobierno e inversionistas.

"Como tal, el sistema de riego por goteo, ayudó a sostener la fertilización y no perder la oportunidad de nutrición en nuestros cultivos durante el periodo de lluvia", finalizó.