Tres subespecies de abejas sin aguijón son aprovechadas por los apicultores de la Amazonía. (Foto: referencial)
Tres subespecies de abejas sin aguijón son aprovechadas por los apicultores de la Amazonía. (Foto: referencial)

Las comunidades indígenas y rurales amazónicas podrían masificar la crianza de abejas sin agujón gracias a la simulación de un panal desarrollada por el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP). La miel producida por estos insectos destaca por sus virtudes nutricionales y medicinales.

La crianza de esta especie de abejas se remota a tiempos ancestrales, pero la explotación de los alimentos que producen era limitada, pues las comunidades necesitaban internarse en la selva para encontrar las colmenas dentro de los troncos de los árboles.

Para obtener la miel y el polen con mayor facilidad, los habitantes de las zonas se llevaban los troncos a sus hogares, lo que contribuía a la deforestación y afectaba a las abejas.

Frente a esta situación, el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) desarrolló en el 2017 una investigación en el departamentos de Loreto, con el fin de masificar la crianza de estas abejas, según informó la agencia Andina. Para dicho estudio, el IIAP contó con financiamiento del Concytec y la participación de las comunidades involucradas en esta actividad económica.

Como resultado, dicha institución diseñó unas cajas tecnificadas que cumplen las funciones de un panal artificial, que se diferencian de los tradicionales por estar fabricados con madera de árboles aceptados por las abejas. Con la simulación de su hábitat, se logra que ellas se adapten fácilmente, según el biólogo César Delgado Vásquez, responsable del laboratorio de Entomología y coordinador del proyecto “Abejas nativas”, quien ideó dicha solución.

El investigador añadió que ya muchos apicultores de Loreto están apostando por estas cajas tecnificadas. Con el uso de estas, se logró incrementar la producción de miel en ellas, de dos a 10 litros.

Agregó que se está trabajando en áreas naturales protegidas, como las Reservas Nacionales Pacaya Samiria, Allpahuayo Mishana y Pucacuro (Loreto), y el Parque Nacional Tingo María (Huánuco).

Vásquez explicó que existen alrededor de 150 subespecies identificadas de abejas sin aguijón que producen miel y polen. “Solo en la región Loreto se ha identificado a 69 subespecies y en la región San Martín existen otras 51 con esas características”, manifestó.

No obstante, solo tres subespecies son aprovechadas por alrededor del 80 % de apicultores amazónicos, quienes las seleccionaron por su miel y polen con importantes valores nutricionales y medicinales.

Una de ellas es la Ronsapilla (Melipona ebúrnea), aprovechada por las comunidades indígenas Bora, Kukama y Ticona, por ejemplo, así como por agricultores rurales de Loreto, que colaboraron con la investigación del IIAP. “Esas comunidades utilizan la miel y el polen de esas abejas sin aguijón, puros o mezclados con extractos de plantas medicinales, para tratar al menos 21 enfermedades”, reveló Delgado.

Por ejemplo, la miel de la Ronsapilla contiene gran cantidad de polifenoles o compuestos que actúan como antioxidantes naturales. Además, tiene un PH (Potencial de Hidrogeniones) ácido que evita la proliferación de bacterias, hongos y otros microorganismos dañinos para la salud. Incluso constituye un cicatrizante y antiséptico comprobado.

Por estas propiedades, la miel de estas abejas sin aguijón se utiliza para tratar infecciones respiratorias, curar heridas, regular la glucosa y prevenir la diabetes.