Redacción Gestión

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Londres, (Reuters).- La presión ejercida por el Banco Central Europeo (BCE) y los reguladores nacionales dejará a los bancos europeos con un déficit de capital de 280.000 millones de euros (380,000 millones de dólares) que tendrán que recabar en 2014, dijeron los consultores de en un informe presentado el jueves.

El BCE someterá en 2014 a los bancos de la eurozona a una revisión global de su activos en un proceso que podría arrojar unas elevadas necesidades de capital si finalmente se detecta que las entidades no tienen provisiones suficientes para afrontar sus créditos dudosos.

En Europa, los reguladores también están estableciendo nuevos estándares nacionales, incluyendo los recientes esfuerzos de Suiza y de Gran Bretaña por establecer un "un ratio de apalancamiento" que obliga a a tener un determinado volumen de activos de alta calidad sobre un determinado porcentaje de sus activos totales.

"Los bancos europeos se enfrentan a una nueva serie de años turbulentos", dijo Miles Kennedy, socio de los servicios financieros de PwC.

"Para los bancos que no estén bajo el paraguas del BCE, los desafíos no son menos intensos", agregó.

En Europa, entidades como y han recabado miles de millones en capital adicional, pero el análisis de PwC viene a subrayar que el mercado apunta a unas mayores necesidades de capital.

PwC dijo que los bancos también podrían cumplir con las nuevas necesidades de capital a través de medidas internas, como la venta de activos, pero que la mayor parte de este déficit se resolvería levantando en torno a 180.000 millones de euros de nuevo capital.

"A pesar de que los reguladores probablemente otorguen un mayor margen para que ejecuten sus planes, los mercados demandarán una mayor urgencia", dijo Kennedy.

"Esperamos que 2014 marque un cambio de énfasis, desde el despalancamiento en el lado de los activos incluida la puesta a disposición o venta de activos de riesgo a un desapalancamiento en el lado de las carteras de deuda -con ampliaciones de capital y reestructuración", añadió.

La revisión del BCE, que se realizará antes de que el banco central se convierta en el supervisor financiero de a finales de 2014, está visto como el examen más exigente al que se ha tenido que someter nunca antes la banca y está diseñado con el objetivo de recuperar la confianza de los inversores en el sector financiero.