En el mercado paralelo, el dólar se vendía a S/3.385 en horas de la mañana. (Foto: USI)
En el mercado paralelo, el dólar se vendía a S/3.385 en horas de la mañana. (Foto: USI)

El tipo de cambio cerraría en el año 2019 en S/ 3.30, por encima de la proyección inicial del banco (S/ 3.22), pero con un sesgo hacia la baja respecto a la cotización actual.


“Básicamente estamos manteniendo una apreciación similar aplicada a una base más alta. Hay riesgos tanto en la figura técnica de los mercados como en los fundamentos”, señaló el analista senior del Departamento de Estudios Económicos del Scotiabank, Mario Guerrero.


Explicó que los fundamentos económicos del Perú para el 2019 (crecimiento económico de 4%, inflación de 2.5%, déficit fiscal de 2% del PBI, déficit en cuenta corriente de 2.2% del PBI, nivel de reservas internacionales estables) deberían ayudar a corregir la sobrerreacción del tipo de cambio vista en el 2018.


Dijo que el escenario internacional para el 2019 es más difícil de visualizar. Se debe tener en cuenta los efectos de la guerra comercial sobre la desaceleración económica y los precios de los metales; el grado de aversión al riesgo, principalmente sobre China y economías emergentes; y como contexto general la normalización monetaria por parte de la Fed (que ya ha sido anticipada en buena medida por los mercados).


“Nuestro escenario base considera un crecimiento de la economía mundial de 3.7% de acuerdo con nuestro equipo global, e incluyen un impacto moderado de la guerra comercial, con Estados Unidos desacelerando a un ritmo de 2.4%”, indicó en el Reporte Semanal del banco.


En este contexto la Reserva Federal continuaría con su proceso de normalización monetaria, aunque dado el contexto de desaceleración global, probablemente con un menor número de alzas de tasas que las esperadas por el mercado (dos alzas en vez de tres).


Recientes preocupaciones de funcionarios de la Fed sobre el crecimiento global para el 2019 hacen probable este escenario.


Esto haría que el dólar se debilite (ubicándose por debajo de 95 puntos en el índice DXY), considerando que las posiciones en el mercado de futuros registran aumentos marginales, comportamiento típico previo al cambio de tendencia.

Trayectoria esperada del dólar en el mundo hasta el 2019. (Fuente: Scotiabank)
Trayectoria esperada del dólar en el mundo hasta el 2019. (Fuente: Scotiabank)


“Menor ritmo de alza de tasas y dólar débil otorgaría soporte a nuestra proyección del precio del oro de US$ 1,300 por onza. China crecería a un ritmo de 6.2% sobre la base de medidas monetarias y fiscales expansivas que le ayuden a contrarrestar el impacto negativo del alza de aranceles, y otorgaría soporte a nuestra proyección de precio del cobre de US$ 3 por libra en promedio”, dijo.


Un factor clave en la tendencia de los precios de los metales es la recuperación de los mercados de contratos de futuros, los cuales lucen hoy sobre vendidos.


El ruido político local podría seguir generando “hipos”, pero sin alterar la dirección de fondo. Este escenario es compatible con un tipo de cambio de S/ 3.30 para fines del 2019.


“Este es nuestro escenario preferido pero otros escenarios son casi igual de probables, dada la alta volatilidad que caracteriza actualmente a los mercados financieros. El balance de riesgos pasa necesariamente por las consecuencias de la guerra comercial entre Estados Unidos y China”, indicó.


Guerrero opinó que estas no sólo podrían provocar una desaceleración mundial mayor a la esperada, sino avivar la aversión al riesgo entre los inversores y con ello contracción de los flujos de capital hacia economías emergentes.


Un catalizador de este escenario sería una depreciación del yuan, cuyo impacto sería material entre los mercados emergentes, llevando al tipo de cambio por encima de S/ 3.40.


Este escenario sería compatible con un ruido político local de alta intensidad, como el cierre del Congreso o el adelanto de elecciones. En este caso será necesario tomar decisiones con cautela y con las coberturas cambiarias correspondientes.


En este contexto será clave la participación del Banco Central de Reserva (BCR). El ente emisor ha venido acompañando la tendencia alcista del tipo de cambio, facilitando el proceso de coberturas cambiarias vía la colocación de CDR y de swaps cambiarios.


Una razón de la ausencia de intervenciones directas (ventas en spot) es que hasta setiembre de este año la volatilidad cambiaria era menor a la registrada en el 2017. Otra es que la ola de depreciación ha sido generalizada entre economías emergentes. Una más de fondo, es que el tipo de cambio real no muestra una desalineación marcada.


De otro lado, es notable que, a pesar del aumento de la aversión al riesgo, la tenencia de bonos soberanos por parte de inversionistas extranjeros se mantenga por encima del 40%.


Lejos de liquidar sus posiciones, estos inversores optaron por cubrir su posición. Esta mayor demanda por coberturas ha elevado su precio, pero en una magnitud moderada.


Esta confianza se refleja también en el hecho que a pesar de que son todas las monedas emergentes las que se han venido depreciando, el sol peruano lo hace en una menor intensidad, permaneciendo como la moneda más estable de América Latina.