La situación pinta similar a como hace un año, según el Scotiabank. (Foto: GEC)
La situación pinta similar a como hace un año, según el Scotiabank. (Foto: GEC)

Scotiabank proyecta un crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) de 3% para el 2020, sin sesgos, según indicó en su último reporte semanal del Departamento de Estudios Económicos.

“En nuestra opinión el balance de riesgos es equilibrado. Por un lado, el reciente acuerdo entre EE.UU. y China incrementa las probabilidades de una evolución de la economía mundial mejor a la esperada, aunque los recientes sucesos en el Medio Oriente elevan los niveles de incertidumbre”, señaló el banco.

Por otro lado, la evolución de la segunda campaña de pesca del 2019 —que tendría un impacto negativo en enero del 2020— aumenta las probabilidades de un crecimiento de los sectores primarios menor al esperado durante el 2020, apuntó.

Según el banco, el reciente acuerdo parcial alcanzado entre EE.UU. y China, a firmarse el 15 de enero, abre las puertas a un crecimiento de la economía mundial cercano al 3%, así como a una mejora en el precio de los metales industriales como el cobre.

No obstante, es difícil que este año se llegue a un acuerdo definitivo entre nuestros dos principales socios comerciales, lo que sumado a los latentes riesgos geopolíticos —como lo sucedido la semana pasada en Medio Oriente—, prevén un contexto internacional similar al registrado en el 2019.

Las principales diferencias de Scotiabank en sus proyecciones de actividad económica para el 2020 respecto al Banco Central de Reserva del Perú (BCR) se dan en la evolución de la demanda interna, en particular de la inversión.

“Si bien coincidimos en una recuperación de la inversión pública —luego del estancamiento registrado en el 2019— impulsada por el mayor gasto de capital de los gobiernos regionales y locales —tras superar la curva de aprendizaje de su primer año—, somos menos optimistas en la magnitud del aumento”, añadió en su reporte.

En cuanto a la inversión privada, el banco es más conservador, pues prevé un crecimiento marginal de la inversión privada no minera como resultado de la cautela de los inversionistas ante el escenario externo, así como por el impacto que tendrían las elecciones generales del 2021 sobre esta variable, que sería más notorio en el cuarto trimestre de 2020.

Si bien el PBI crecería a un ritmo mayor que en el 2019, esto se debería principalmente a la esperada recuperación de los sectores primarios, mientras que la variación de la demanda Interna sería solo levemente mayor, por lo que la percepción en torno a la evolución de la economía sería similar a la registrada en el 2019.

Análisis

En tres de los últimos cinco años la economía peruana registró un comportamiento por debajo de lo anticipado por los analistas.

Si bien esta divergencia se debió principalmente a una volátil evolución de los sectores primarios, en particular pesca y minería, también se observó una sostenida desaceleración de la demanda interna, en especial de la inversión, señaló el banco.

El 2019 empezó con perspectivas positivas ante la expectativa de una tregua en la guerra comercial entre EE.UU. y China —lo que podría haber beneficiado el precio de los metales industriales como cobre y zinc— y un menor ruido político local —luego del empoderamiento del gobierno tras los resultados del referéndum sobre la reforma política y judicial realizado a fines del 2018—.

Sin embargo, la incertidumbre sobre el crecimiento de la economía mundial se mantuvo -ante los escasos avances en las negociaciones para destrabar la guerra comercialmientras que el ruido político local aumentó y tuvo un pico a fines de setiembre -luego del cierre del Congreso-.

Estos factores, junto a una temporada de pesca peor a la esperada —producto de la menor disponibilidad de anchoveta— y un retroceso no anticipado de la producción minera —debido en parte a conflictos sociales—, explicaron porque el crecimiento de la actividad económica bordearía el 2.3% al cierre del 2019, por debajo del 3.8% esperado a inicios de año.