Entrevista a Zhang Jun, PHD, decado de la School of Economics y director del China Center for Economic Studies de Fundan University.
Entrevista a Zhang Jun, PHD, decado de la School of Economics y director del China Center for Economic Studies de Fundan University.

“El Centro de Estudios sobre China y Asia-Pacífico” de la Universidad del Pacífico organizó el evento “La Transformación de la Economía China: Cuatro Décadas de Reformas e Internacionalización”. El encuentro contó con la conferencia de uno los economistas líderes en China, el profesor Zhang Jun, PhD, Decano de la School of Economics y Director del China Center for Economic Studies de Fudan University".

En entrevista con Gestión el profesor Zhang nos ofrece sus perspectivas sobre las reformas emprendidas por China, los desafíos pendientes y el impacto de la con Estados Unidos.

¿Cuál considera que es la principal reforma que ha emprendido China?

La reforma más importante es la fiscal, implementada desde los años 80. Antes de eso, el sistema fiscal estaba excesivamente centralizado. Después de esta reforma, las provincias, incluso los municipios, pudieron tener acceso a recursos, a recaudación y pueden ejecutar el gasto de una forma más autónoma e independiente.

Esta descentralización fiscal en no fue solo un traspaso de recursos desde el gobierno central a los gobiernos locales, sino más bien se promovía la idea de que los gobiernos locales crearán sus propios ingresos, que sean creativos. Permitió que una parte de esos recursos se quedaran en el gobierno local.

De las reformas pendientes, ¿cuáles son las importantes?

China tienen un número elevado de reformas pendientes, pero las importante es la reforma financiera. China necesita liberalizar el sector financiero y crear un mercado de capitales que permita sostener la innovación tecnológica. China tiene un mercado bursátil, pero tiene muchos problemas. Hay muchas reformas que se deben hacer para mejorar la eficiencia del mercado de capitales. Pero sin duda, la reforma financiera es la más importante.

¿Esa es la reforma más complicada de completar?

Si. Definitivamente. Es una reforma complicada. China ha tratado de hacerla en los últimos 20 años, pero esos intentos no han sido exitosos. Existen muchas quejas al respecto. El gobierno chino se ha comprometido a hacer que el mercado de capitales sea más eficientes.

Hay muchas compañías que han sido exitosas pero que no están en el mercado de capitales chinos y ello refleja los problemas que tiene dicho mercado. Alibaba, por ejemplo, prefiere no listar en China, sino en el exterior.

Guerra Comercial

¿Las tensiones con EE.UU. van a dificultar que Beijing siga con sus reformas?

La guerra comercial más bien va provocar que las reformas se aceleren, no que se ralenticen. La guerra comercial le recuerda a China que debe mejorar. Le recuerda la necesidad de que debe llevar a cabo las reformas lo más rápido posible. Se tiene que corregir el problema de la economía china. En el medio de esta guerra comercial se debe ahondar las reformas estructurales.

Durante la guerra comercial, el presidente y el equipo negociador de acosaban a china por no proteger debidamente los derechos de la propiedad extranjera, y que no se permitía el ingreso de inversores para que puedan ser dueños de entidades financieras en China. A raíz de eso, China ha reducido esas restricciones, redujo los requisitos para el ingreso de inversores al capital de los bancos. Antes solo se podía tener menos del 50% de acciones , y ahora con los cambios ya se puede tener una participación mayoritaria.

¿Cree que China, debido a la desaceleración de su crecimiento, pueda terminar cediendo a las presiones de Trump?

No lo creo. Desde inicios de estas reformas, China ha buscado estar cerca de Estados Unidos, y ha aprendido mucho de esta cercanía. Estados Unidos ha otorgado mucha ayuda a China. Aunque haya habido distanciamiento político, esa cercanía se ha mantenido. En la actualidad, existe un poco de desconfianza entre ambos gobiernos, pero eso no importa mucho, porque los negocios son primero. Son dos economías muy interdependientes, es muy difícil separarlas. Cuando a guerra comercial explotó, sorprendió a los líderes chinos, y aunque en la actualidad, sea muy álgida la relación y EE.UU. pueda ejercer mucha presión, China ahora es demasiada grande para hacer concesiones. Si esta disputa hubiera sucedido en los noventas, en que China era más pequeña, si habrían habido concesiones, pero no ahora.

Entonces China puede no tener algún apuro en resolver esa guerra comercial? ¿Prevé una pronta solución?

No lo creo. No es solo un tema de desequilibrio comercial. De hecho, Washington ha hecho algo más. Estados Unidos ha buscado contener a China, que desde un punto de vista geopolítico, se está convirtiendo en una amenaza o competidor de Estados Unidos. Estratégicamente Estados Unidos incluso ha apuntado a sectores clave como el tecnológico y ha cortado la provisión de ciertos suministros a la producción tecnológica china. Por ello no creo que haya una solución a corto plazo, salvo que Estados Unidos ceda.

¿Mientras Trump siga en la Casa Blanca, entonces no habría una solución?

No lo creo. Las presiones podrían continuar independientemente de quien pueda ser el próximo presidente de Estados Unidos. Es una suerte de “Trampa de Tucídides”, cuando una potencia emergente despierta el temor en la potencia dominante.

¿La guerra comercial continuaría entonces, sin importar quién sea el próximo presidente de EE.UU.?

Si. Siempre ha habido fricciones comerciales en los últimos 20 años, pero no al nivel al que se ha llegado ahora con China. Sin embargo, todo esto se parece mucho a lo ya pasó con Japón anteriormente.

A pesar de todo, esta guerra comercial es fundamental para Trump. Hay la esperanza de que se llegue a un acuerdo. China ha ofrecido mayores compras de productos agrícolas de EE.UU. para corregir el desbalance comercial, pero China desea un trato no discriminatorio contra sus empresas. En el caso de y otras compañías, por temas de seguridad nacional, encuentran problemas para operar en Estados Unidos. En general existe esas barreras de entrada a las empresas chinas en EE.UU.. Y esas restricciones estadounidenses se da en la inversión, al ámbito tecnológico y en el sector financiero.

¿La guerra comercial nos llevará entonces a una recesión mundial?

Muchos se preocupan no por la guerra comercial, pero si por la política económica de Estados Unidos. En los últimos años, en el gobierno de Trump, Estados Unidos ha rebajado impuestos para estimular la economía norteamericana, y también ha bajado la tasa de interés. Y está en un boom económico. Sin embargo, suben los precios y las bolsas, mientras la Reserva Federal está muy alerta. La Reserva Federal quisiera subir su tasa para aplacar el alza de los precios, pero si eso pasa, se generaría un shock muy fuerte que traería abajo los acciones en las bolsas. Y ese es un riesgo mayor para Estados Unidos. El crecimiento se está basando en un crédito más barato.

Entonces, ¿son las políticas de EE.UU. las que incrementan más los riesgos de una recesión mundial?

Si, esas políticas económicas de Estados Unidos son más riesgosas que la guerra comercial.

Trump hizo una política correcta en el momento equivocado porque Estados Unidos ya había alcanzado el pleno empleo, y al estimular la economía, la está recalentando y está empezando a presentar burbujas y los inversionistas piensan que podrían explotar en cualquier momento. Y mientras China continuaría creciendo entre 6% y 6.5% en los próximos años, Y esta guerra comercial la ha impulsado a seguir en línea con las reformas.