cajero automático
cajero automático

, ex jefe de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) y docente de la de la Universidad de Piura, conversó con Gestión sobre el entorno económico que imperaba en el Perú en los 90 e inicios del siglo XXI y cómo han evolucionado los bancos para adaptarse a los constantes cambios del mercado.

Pregunta: Hacia inicios del presente siglo la situación de la banca peruana era poco estable, los bancos salían del mercado en el marco de una crisis financiera profunda, la confianza en la banca se había perdido y parte de la credibilidad de la también. ¿Qué se hizo para transformar radicalmente esa situación?

JJM: Entre otras acciones, dejamos de permitir que las entidades financieras trabajen con el monto de capital al borde del necesario desde el punto de vista regulatorio. Siempre la banca debe desenvolverse con holgura patrimonial dentro del tramo expansivo del ciclo económico.

Si eso no es así, como sucedió en Perú en el marco de la crisis asiática de finales de la década de los años 90, lo que ocurre luego al enfrentar el tramo depresivo del ciclo económico, es que los bancos presentan serios problemas patrimoniales para reponerse de las pérdidas de cartera no esperadas. Luego de ello viene la liquidación, la desconfianza y la crisis.

¿De allí viene lo que denominaron “capital en la sombra” o capital adicional?
Es correcto. Con un propósito prudencial, pedimos a los bancos que mantengan un patrimonio muy por encima del mínimo tradicionalmente exigido. Ese es el óptimo para efectos de enfrentar los tramos recesivos del ciclo económico. Es por ello que la crisis del 2008 fue fácilmente sorteada por nuestra banca sin una sola quiebra. Ese concepto lo tomó Basilea bajo la forma de “capital, adicional” y hoy es un estándar mundial.

¿Cómo observa la banca peruana hoy en día?
A diferencia de lo mostrado hacia inicios del presente siglo, dispone de destacados indicadores de solvencia, liquidez, rentabilidad. En muchos casos, por encima de la media de la región latinoamericana. Ello se refleja cuando se observa que sus niveles de liquidez son holgados hasta tres veces aquellos que se requieren dentro del marco regulatorio, cuando las provisiones superan el monto de malas deudas con ciertos problemas de recuperabilidad y cuando su disponibilidad de patrimonio por unidad de activo casi duplica el que se exige prudencialmente en el estándar internacional.

Cambiando de tema. La concentración es un hecho incuestionable. ¿Le preocupa?
Fíjese usted. Esa estructura de concentración es casi estructural en el escenario peruano. Si adicionalmente a ello, se observa los niveles de concentración bancaria a nivel internacional, no debe sorprender que la última década se hayan acentuado acompañando al proceso de globalización. Cierto, no es el mejor escenario para encontrarnos con un mundo ideal, sin embargo, la competencia se aprecia por escala de bancos en el Perú y se acentuará más en un mundo digitalizado.

Los bancos grandes presentan posición privilegiada con respecto a los pequeños. ¿Eso no limita el acercarnos a un mundo competitivo?
Si analizamos la estructura de la banca peruana observaremos, por escala, la presencia de bancos grandes, mediano y pequeños. Al interior de cada segmento se desarrolla diferentes esquemas de competencia por productos, nichos de mercado y el desarrollo de nuevos frentes. Sin embargo, la presencia del mundo digital, la tecnología y la presencia del mundo fintech viene generando nuevas posibilidades de competencia más allá de la tradicional estructura de concentración. Hoy la competencia puede venir del lado externo de la banca tradicional. Sin duda.

¿Cuánto está cambiando la banca?
Mucho y está por cambiar mucho más. Hace algo más de tres décadas los canales de atención eran limitados y constituían una carga pesada en la estructura de costos. Evidentemente la presencia de agencias viene siendo reemplazada por un nuevo ecosistema plagado de tecnología.

Ahora tenemos mayor posibilidad de acceso al servicio financiero mediante canales el de los agentes corresponsales, el uso ce aplicativos en celulares, nuevos modelos de “adquiriencia” a favor de pequeños negocios, la presencia de monederos electrónicos, la presencia de tarjetas físicas y virtuales de pago o débito y diferentes pasarelas de pago que permiten acercarse al mundo transaccional sin la necesidad de disponer de instrumentos bancarios tradicionales.

¿Los bancos competirán con nuevas fintechs?
Alguna vez el gobernador del banco de Corea me mencionó que el mundo futuro de la banca sería la no banca. Algo de razón tenía. Lo que se viene es la banca sin bancos. No es que van a desaparecer los actuales, lo que sucede es que mutarán y se acomodaran a los nuevos caminos de competencia que se podrían abrir. Hoy, por ejemplo, con tecnología ya se hace posible desarrollar nuevas alternativas de inclusión financiera que años atrás eran poco viables.

¿Se viene una nueva ola de inclusión financiera?
Sin duda. Los costos están mutando gracias a la tecnología, eso reduce la carga operacional y transaccional para acceder a servicios financieros. Hoy más que nunca la inclusión financiera puede ser vista, en el buen sentido de la palabra, como un negocio rentable gracias a la tecnología. Sin embargo, la tecnología no es todo…

¿Qué quiere decir con ello?
Si los banqueros crean productos sin adecuarlos a nuestra realidad, ello podría resultar en un error grave. El banquero que no interprete bien lo que el usuario potencial demanda, quedará rezagado en el mercado. Ya se acabó la época donde la copia de productos era los sintomático en la banca peruana. Y no hay espacio para el inadecuado diseño de modelos de negocio o nuevos productos. Mercado hay, lo que a veces falta es capacidad para ofrecer y cubrir las necesidades de usuario potencial.

se viene la banca sin bancos. No es que van a desaparecer los actuales, lo que sucede es que mutarán.


¿Algún ejemplo?
Desarrollar esquemas de pago mediante billetera electrónica sin segmentar mercados a favor de los estratos más jóvenes, sin plan interoperabilidad entre las diferentes entidades financieras, sin disponer de costos apropiados de los operadores es telefonía, sin diseñar una estrategia progresiva de uso de productos y mecanismos de pago mediante la billetera electrónica, sería un error No es que las Empresas Emisoras de Dinero Electrónico no sirvan lo que sucede es que requieren afinar sus modelos de negocio.

¿Cúal es el rol de la banca central y la supervisión?
Muy simple. Generar la base de la infraestructura que acompañe el desarrollo del ecosistema que se requiere para generar mayor inclusión financiera. Mire usted, la banca central en Uruguay y México tienen explicito mandato de generar condiciones para acelerar la inclusión financiera en el marco de un mundo cada vez más digitalizado. En Perú nos falta acelerar el paso y creemos que basta con mantener el objetivo de estabilidad y equilibrio monetario. ¡Por favor!

¿Y la supervisión?
En otros lares del mundo la supervisión está de la mano de las nuevas entidades y más que ir contra ellas se acerca a las mismas para conocerlas mejor. Se acercan a Fintech a efectos de crear “planes pilotos” que les permita estar cerca, de manera acotada, a las nuevas propuestas de financiamiento y uso de nuevos canales de pago. Esto lo hacen a fin de no quedar rezagados en un mundo financiero que acelera cada vez más. Estoy seguro que algo así estamos haciendo en nuestro país.

¿Hay algún servicio u hecho que extraña de la banca peruana de inicios de los 90? ¿Diría que era un sector con servicios simples que daba más confianza a los clientes?
Son dos mundos diferentes. Los entornos económicos sobre los que se desempeñaba la banca eran absolutamente diferentes. A inicios de los años 90 emprendíamos la etapa de reordenamiento y respeto al accionar del mercado, los bancos disponían de una estructura claramente donde podían operar, en algunos casos, disponiendo de pérdidas patrimoniales. Ese era el caso de algunos bancos de fomento.

Felizmente esa historia se recompuso. La normativa, la estructura, la cobertura y el aporte de la tecnología y la digitalización nos lleva a disponer de una banca que poco tiene que ver con la que operaba 30 años atrás. Los servicios financieros eran más simples, pero la confianza que dispone la banca hoy en términos de solidez y buen manejo es destacable. Dos mundos diferentes.

En esa época hubo algunos bancos que se enfocaban en diversos sectores de la economía, Banco Industrial, Banco Comercial, ¿por qué desaparecieron y cree que sea necesario tener bancos de este tipo en la actualidad?

Por favor, que no vuelvan. Haces referencia a la Banca de Fomento. Bancos como el industrial, minero y agrario eran una fuente de creación de dinero puro. Eran una ventanilla del BCR. La dependencia del frente político de turno los llevó a perdidas de cartera y patrimonio insostenibles. No se benefició a los más necesitados de dichos sectores, se benefició, en muchos casos, a la corrupción política que los rodeaba.

¿Qué recuerda de su primera experiencia usando una tarjeta de débito o un cajero automático, siendo el ATM "Ramón" del BBVA el primero en el mercado?
Es correcto. El famoso “Ramón”. Era muy joven. Acompaño a una cuenta, para muchos fue la primera de débito que disfrutamos. Me facilitó la vida, aunque la disponibilidad de ATM no era la mejor, ni su localización. Fue un cambio que muchos recordamos con nostalgia, pero nada más.

En su opinión, ¿existe algún defecto o ineficiencia que la banca peruana debe superar en la actualidad?
Siempre hay margen para mejorar en todo orden de cosas. Creo que hay que trabajar más el ambiente de la transparencia y calidad de atención a usuario. La información a los prestatarios y ahorristas podría mejorar aún más. No hay nada mejor para fidelizar que ser absolutamente transparente con el público. Hacia eso va ir inevitablemente la banca. Al banquero no le gusta información asimétrica, pues bien, a sus clientes tampoco.

De otro lado, en pleno siglo XXI aún se aprecian largas colas en ciertas agencias de ciertas entidades, eso debe acabar gracias a la tecnología…es increíble la paciencia y calidad de clientes que dispone nuestra banca.

Por su experiencia en la SBS, ¿considera positivo el ingreso de las cajas municipales y regionales en la competencia del sector?

Muy positivo. El 2003 fui el Superintendente que indujo al cambio de las limitaciones que tenías microfinancieras para trabajar en el mercado limeño. Cuando firmé la resolución, me convocó Pedro Pablo Kuczynski, en su calidad de Ministro de Economía de ese entonces. Me dijo “¿JJ no crees que, con la entrada de las Cajas a Lima, estas entidades lo que captan en provincias va a canalizarlo a favor de Lima, agudizando el tema de la concentración de la capital?” Le contesté que iba a ocurrir exactamente lo contrario. Después de tres meses de emitida la norma se lo demostré. Hasta hoy eso sucede. Gran logro para las microfinanzas peruanas y la población de menores recursos.

¿Cuál es el mayor reto de la banca ante las nuevas tecnologías?
Saber emplearlas, saber interpretar el sentir del usuario peruano para emplearlas apropiadamente, saber que el peor banquero es el que copia productos de otros frentes. El mundo se hace mucho más exigente. El confort con el que operaba los antiguos banqueros, se acabó. Hoy el que se descuida, desaparece del mercado. El que no innova desaparece, el que no busca nuevos mercados fuera de nuestra frontera tiende a auto eliminarse. La tecnología también ayuda a trascender al mercado peruano.