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La temperatura de los mares y océanos se está elevando cada vez más y este calentamiento afecta de muchas maneras al mundo. Los hielos árticos y antárticos se derriten producto del , esto genera un aumento en el nivel del mar que pondrá en grave riesgo a una buena parte de las zonas costeras actuales.

Lo más simple es pensar en las ciudades que se encuentran en el límite costero y que podrían ser directamente afectadas por esta subida del nivel del mar, pero también deberíamos recordar una multitud de hábitats naturales se verán amenazados.

Por dejar tan solo un par de ejemplos: Los manglares, que representan grandes regiones acuáticas donde se desarrollan los alevines de muchas especies o el Océano ártico, hábitat de especies como osos polares, morsas, focas, etc.

Otra de las consecuencias de este cambio climático sería el calentamiento de los . En enero de 2019 (y aún sin datos de este verano) un artículo publicado en Science y titulado “¿Cómo de rápido se calientan nuestros océanos?” señaló que, en promedio, nuestros mares se han calentado un 40% más rápido de lo que el IPCC había estimado tan solo cinco años atrás.

El incremento de temperaturas es preocupante, sobre todo por la velocidad en la que está ocurriendo. Innumerables especies han empezado a cambiar sus hábitos y migraciones, un preocupante número de ecosistemas marinos se han destruido, y la influencia de aguas más calientes en la formación de tormentas tropicales y huracanes, son solo algunos de los efectos más directos del súbito aumento de temperatura.

Además, hay que recalcar que los mares atrapan una buena parte del dióxido de carbono y la mayoría del calor del efecto invernadero. El aumento de la concentración de dióxido de carbono disuelto en el agua de mar está cambiando el PH de nuestros océanos, favoreciendo la reacción con el carbonato cálcico y, como en un círculo vicioso, causando que el océano se vuelva aún más ácido.