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Hablar con un jefe es como caminar por un sendero muy estrecho repleto de plantas con espinas: si no tienes cuidado en cada paso, te puedes hacer mucho daño. Según , aunque la honestidad es el mejor atributo en cualquier lugar de trabajo, como toda regla tiene sus excepciones. A continuación, diez ejemplos de frases que jamás deberás decirle a tu jefe, por mucha razón que se tenga.

1. “Estás equivocado”. Criticar abiertamente un error del jefe es la fórmula más sencilla para ser digno merecedor de su antipatía. Si realmente crees que ha cometido un error, existen manera más elegantes de decirlo: “es posible que esté equivocado, pero tengo la impresión de que…”.

2. “No puedo”. Una actitud proactiva siempre es algo positivo, y lo mismo sucede con la actitud contraria. Decirle a tu jefe que no eres capaz de hacer algo demuestra falta de confianza e incapacidad de intentar las cosas.

3. “Esto no es parte de mi trabajo”. No hay ninguna descripción de trabajo que se grabe en piedra. Es importante ser flexible y hacerle la vida más fácil, por supuesto dentro de unos límites. Negarte a hacer una tarea sólo porque no está especificada en tu contrato de trabajo demuestra falta de compromiso y una rigidez excesiva.

4. “No lo sé”. Puede que no tengas la respuesta de todos los preguntas, pero sé tu mejor aliado y, sea cual sea el problema o la cuestión, demuestra que te crees capaz de afrontarlo con éxito.

5. “No”. Todo el mundo espera tu cooperación, y también el empleo de un tono amable. Decirle que no a tu jefe es un auténtico reto y a veces una necesidad vital, pero puede sonar inapropiado si no se justifica de forma adecuada.

6. “Lo intentaré”. Hay personas que piensan que esta es una buena respuesta, ya que estás asegurando que harás lo posible para que la tarea llegue a buen puerto. Sin embargo, para un jefe es una respuesta demasiado vaga y poco segura. Imagínate la situación contraria: preguntarle que si te va a pagar el día 30 y que él te responda “lo intentaré”.

7. “Esto no es lo que se me había dicho”. Si no estás totalmente seguro, espera, o correrás el riesgo de parecer poco profesional.

8. “Lo siento, pero…”. El problema es el “pero”, que hace parecer que te estás disculpando aunque crees que tienes la razón. Suprimir esa palabra hace que todo suene mejor, ya que implica pasar de poner excusas a responsabilizarse plenamente del error.

9. “Bueno, yo lo he hecho lo mejor que he podido”. Nunca, jamás digas esto después de una metedura de pata con tu jefe. Darás una imagen de ineptitud, ya que es como decirle que no sabes hacerlo mejor. ¿La mejor respuesta? “La próxima vez no fallaré”.

10. “Estoy muy ocupado ahora mismo. ¿Puede esperar?”. Tu responsabilidad es preguntarle a tu jefe si las prioridades han cambiado, pero debe ser él quien imponga el modo de trabajar y el orden de las tareas, no tú.

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