MDN
trabajar en el extranjero

A fin de cuentas, es mejor no tomar la decisión de trabajar en el extranjero demasiado a la ligera. Si no se está preparado para los posibles baches que puedan surgir, podrían entrar ganas de abandonar, incluso antes de tener la oportunidad de aclimatarse en el nuevo entorno.

Ser un expatriado no es fácil, pero resulta una vivencia increíblemente gratificante que ayuda a crecer y desarrollar nuevas habilidades.

¿Crees que estás preparado para asumir la vida de expatriado y trabajar en el extranjero?

5 formas de saber si se está preparado para trabajar en el extranjero

Existen cinco formas de saber si ya podrías hacer las maletas y poner rumbo al destino donde planeas trabajar en el extranjero. Toma nota:

1. Estabilidad financiera. Puede ser complicado tomar la decisión de trabajar en el extranjero sin tener una red financiera sólida a la que recurrir. Desplazamientos, alojamiento y gastos relacionados con el inicio de la vida en un nuevo lugar necesitan de un buen respaldo. Por eso, aunque salgas de tu país con un contrato de trabajo, conviene asegurarse de haber ahorrado una cantidad considerable. De esta forma, si algo sale mal, dispones de un dinero que te da tiempo y espacio hasta decidir tus próximos pasos.

2. Decisión consciente. Irse a trabajar en el extranjero no debería ser una decisión tomada desde el impulso, sino una idea bien pensada y meditada. Huir de problemas familiares, personales o laborales no son razones para mudarte al exterior. De hecho, un gran error que tienden a cometer muchos expatriados por primera vez es pensar que todo lo que necesitan es su pasaporte y un billete de avión para resolver todos sus problemas. Pero no es así. Mudarse al extranjero sin investigar el país al que uno se dirige es, en el mejor de los casos, arriesgado. Antes de optar por trabajar en el extranjero hay que planificar. Es esencial investigar el destino, las leyes de visas, las condiciones laborales, las ofertas de empleo y la calidad de vida, así como los idiomas oficiales y las principales costumbres. Es posible que descubras en algún punto del camino que un país en particular no es para ti, pero es mejor darse cuenta cuando todavía tienes la capacidad de cambiar tus planes que cuando ya has cruzado la frontera.

3. Aversión al riesgo limitada. Hay tantos aspectos de una nueva cultura que se necesita aprender y que hay que experimentar por uno mismo, que ninguna investigación previa puede terminar de preparar a quien inicia una nueva etapa de su vida en otro país. Pese a que se esté listo para lidiar con algunos de los desafíos de vivir y trabajar en el extranjero, siempre pueden surgir imprevistos y hay que aceptarlo como algo normal. Lo importante es saber ver cada reto como una oportunidad de crecer y superarse.

4. Gusto por los idiomas y las diferencias culturales. Aunque el destino sea un país de habla hispana, las costumbres locales pueden ser muy diferentes a las propias. Cuando se decide trabajar en el extranjero en lugares donde se habla otra lengua, la adaptación entraña una mayor dificultad. Para estar preparado conviene tomar clases de idiomas, informarse acerca de cómo se vive en esa parte del planeta y tratar de establecer algún contacto local antes de emprender el viaje.

5. Las cosas claras. Necesitas saber que trabajar en el extranjero es lo que realmente quieres. Esa certeza es la que te dará fuerza para superar la adversidad y hará que cada nuevo día resulte más gratificante que el anterior.

Igual te has dado cuenta de que tu futuro te espera al otro lado de las fronteras de tu patria, quizás hayas constatado que ese será tu destino, pero que aún necesitas prepararte un poco más antes de dar el paso. En cualquiera de los dos casos, mucha suerte en tu decisión de trabajar en el extranjero.

TAGS RELACIONADOS