Los tradicionales jardines cerveceros en Baviera abren sus puertas. En un verano ensombrecido por la pandemia del COVID-19, son pocos los que se resisten al placer de una cerveza fría.
No obstante, todo parece indicar que esta vez sería diferente, ya que se realizan registros en la entrada y los comensales tienen que llevar mascarillas para ordenar y a la hora de pagar.
Además, de una inusual separación entre las mesas, lo cual se traduce en un 40% menos de ventas.
Lo cierto es que esta industria atraviesa una difícil situación marcada por bajas exportaciones y por la cancelación de eventos como el Oktoberfest.