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Argentina restableció el martes un registro de exportaciones de carne que hace años había generado roces con los productores de cortes vacunos, que lo consideraban un modo de limitar los embarques.
El país es uno de los mayores proveedores mundiales de carnes y granos, pero la alta inflación de alimentos que sufre suele generar rispideces entre los productores, que pretenden exportar libremente, y algunos gobiernos que buscan abastecer el mercado doméstico a precios razonables.
“Deviene necesario establecer un sistema de registración de ventas al exterior que permita establecer políticas públicas tendientes a evitar posibles desequilibrios en el mercado interno de la carne en condiciones de abastecimiento, precio y calidad”, señaló la resolución publicada el martes en el Boletín Oficial.
El Gobierno de centroizquierda de Alberto Fernández mantiene una tensa relación con el sector agropecuario, con el que suele enfrentarse por el precio doméstico de los alimentos, en un país con más de un 40% de pobreza.
Los productores rurales de Argentina rechazaron la medida la semana pasada, cuando conocieron que sería aplicada, porque temen que sea un primer paso para limitar sus embarques de carne bovina.
“La Comisión de Enlace de entidades agropecuarias manifiesta su más absoluto rechazo a la reinstauración del Registro de Exportaciones, en este caso para la carne, y demás medidas intervencionistas”, señalaron las principales asociaciones de productores del país.
“Detrás de estas medidas se esconde la visión equivocada según la cual la suba generalizada de precios responde a que el mercado de los alimentos presenta tensiones entre la exportación y el mercado interno”, añadieron en un comunicado.