La economía de Venezuela está tan deteriorada que es fácil olvidar que todavía hay empresas funcionando en el país.

Hay muchas, a decir verdad. Grandes, pequeñas, locales, extranjeras. Y para todas, uno de los problemas más grandes es pensar sistemas de pago que protejan --al menos en parte-- la remuneración de sus empleados de los efectos arrasadores de la hiperinflación.

Su principal objetivo ha sido pagar los paquetes de sus empleados de mayor jerarquía, que son más móviles que los empleados no gerenciales y que, por consiguiente, tienen más probabilidades de irse de la empresa (y directamente del país) si están insatisfechos con lo que ganan.

Han creado todo tipo de sistemas. En líneas generales se desglosan en tres categorías: las empresas que pagan salarios exclusivamente en bolívares y otorgan aumentos frecuentes; las que complementan los salarios con bonificaciones en dólares, cupones de alimentos y una serie de beneficios; las que han indexado la remuneración de acuerdo con el valor del dólar en el mercado negro.

A continuación, la forma en que funciona cada una, explicada por ocho ejecutivos de empresa en una serie de conversaciones a lo largo de varias semanas. Pidieron, en su mayoría, no ser nombrados dado que no están autorizados a hablar públicamente sobre las políticas salariales.

Metodología de aumentos
Esta táctica parece ser la menos común de las diferentes estrategias. Sólo dos de las personas entrevistadas cobran de esa manera, y ambas dijeron que sus empresas están en vías de implementar cambios. Una de ellas, consultora legal y administradora de una firma inmobiliaria de Caracas, dijo que recibe aumentos todos los meses, normalmente en el rango del 60%.

Bonificaciones
Las hay de todo tipo y tamaño --inclusive en canastas repletas de productos alimenticios difíciles de conseguir como harina de maíz, aceite de cocina y jabón.

El gerente de un comercio electrónico minorista dijo que, junto con su salario, recibe un cheque de bonificación en dólares depositado todos los meses en una cuenta en los Estados Unidos.

“El salario de un alto ejecutivo en este momento es una combinación de bolívares y dólares”, dijo Iván Acosta, de 44 años, gerente general de la compañía consultora de investigación PGA Group en Caracas. “Las empresas saben que no hay ningún salario en bolívares lo bastante competitivo como para evitar que el talento emigre”.

Indexación por el mercado negro
Esta es una forma segura de mantener contentos a los empleados debido a los aumentos salariales casi constantes que impulsa. Pero resulta caro para el empleador. Un dólar equivale a 128,000 bolívares hoy en el mercado negro, donde la mayoría de los venezolanos compra dólares.

En junio, alcanzaba menos de 8,000 bolívares. Por lo tanto, si una persona cobra el equivalente de, por ejemplo, US$ 1,000 mensuales, en este momento serían 128 millones de bolívares, en comparación con 8 millones en junio.

“La cuestión ya no es retener a la gente en la empresa sino evitar que abandone el país debido a esta gran crisis económica”, dijo Luis Garmendia, socio de Alcance Consultores, con sede en Caracas.