Los senadores del Comité de Justicia y Constitución votarán dos proyectos de ley más tarde el miércoles. Uno de ellos es la propuesta principal de reforma que ya fue aprobada por la Cámara Baja y ahora se espera que sea confirmada por el Senado en las próximas semanas.
Los senadores del Comité de Justicia y Constitución votarán dos proyectos de ley más tarde el miércoles. Uno de ellos es la propuesta principal de reforma que ya fue aprobada por la Cámara Baja y ahora se espera que sea confirmada por el Senado en las próximas semanas.

Se espera que el plan del gobierno de Brasil para reformar su sistema de pensiones dé un salto hacia adelante en el Senado, a medida que los legisladores presentan un proyecto de ley separado que ampliará el alcance de la propuesta y garantizará ahorros de hasta 1.4 billones de reales (US$ 342,000 millones) en una década.

Los senadores del Comité de Justicia y Constitución votarán dos proyectos de ley más tarde el miércoles. Uno de ellos es la propuesta principal de reforma que ya fue aprobada por la Cámara Baja y ahora se espera que sea confirmada por el Senado en las próximas semanas. Tal como está actualmente, el proyecto de ley establece edades mínimas de jubilación y genera ahorros de casi 900,000 millones de reales en 10 años.

El segundo proyecto de ley se presentará más tarde el miércoles para abordar puntos más controvertidos, como la inclusión de servidores públicos de estados y municipios en la reforma. También busca recaudar cotizaciones para pensiones de entidades filantrópicas y exportadores de agronegocios que sumarían hasta 505,000 millones de reales en ahorros. Una vez que se abra paso por el Senado, requerirá la aprobación de los diputados de la Cámara Baja, algo poco probable que ocurra este año.

La reforma de las pensiones es la pieza clave de los planes del presidente Jair Bolsonaro para reducir la deuda pública a niveles sostenibles, recuperar la confianza de los inversionistas y reactivar el crecimiento en la mayor economía de América Latina. Brasil gasta mucho más en sus pensiones que la mayoría de países de economía similar, y ofrece condiciones más generosas, en particular a sus funcionarios públicos bien pagados, muchos de los cuales se jubilan a los 50 años.

Los precios de los activos brasileños han seguido en gran medida las oscilaciones de las negociaciones de las pensiones en los últimos meses y, hasta ahora, han sido valorados principalmente por la aprobación de la reforma.

Aun así, la revisión de su sistema de seguridad social insostenible representa solo el mínimo necesario para mantener a flote la economía. La administración de Bolsonaro está presionando para que se adopten medidas adicionales, en particular privatizaciones y una reorganización del sistema tributario notoriamente oneroso de Brasil.