Citando datos recopilados por la Unesco, entre febrero del 2020 y marzo del 2022 los países de América Latina y el Caribe interrumpieron en forma total o parcial las clases presenciales durante 70 semanas en promedio, superando ampliamente a lo que ocurrió en otras regiones del mundo.
Citando datos recopilados por la Unesco, entre febrero del 2020 y marzo del 2022 los países de América Latina y el Caribe interrumpieron en forma total o parcial las clases presenciales durante 70 semanas en promedio, superando ampliamente a lo que ocurrió en otras regiones del mundo.

Los impactos sociales y económicos que trajo la pandemia de coronavirus persisten en América Latina y el Caribe, donde la pobreza y la desigualdad se agudizaron estos años, mientras asoma una “crisis silenciosa” en el sector de educación que pone en riesgo a toda una generación, dijo el jueves la Cepal.

El organismo de alertó que la región está siendo incapaz de retomar el crecimiento y reducir la pobreza, enfrentada además en el tercer año de pandemia a un escenario de incertidumbre, elevada inflación, creciente informalidad laboral y precaria recuperación de los empleos.

Los impactos sociales que ha traído aparejada la pandemia no ceden y la región no ha podido retomar la senda de crecimiento”, dijo en un reporte la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (), con sede en Santiago.

En segundo lugar, se destaca el impacto de la pandemia en el sector educativo -una crisis silenciosa como consecuencia de la muy prolongada interrupción de la educación presencial en la región y sus repercusiones en la pérdida de aprendizaje- que no fue abordado como parte de la respuesta inmediata frente a la crisis”, añadió.

Citando datos recopilados por la Unesco, entre febrero del 2020 y marzo del 2022 los países de y el Caribe interrumpieron en forma total o parcial las clases presenciales durante 70 semanas en promedio, superando ampliamente a lo que ocurrió en otras regiones del mundo.

El impacto de la interrupción prolongada de la educación presencial es devastador”, dijo la Cepal.

La primera infancia y el nivel de preprimaria son los más afectados a corto plazo por las falencias en el acceso y calidad de la educación a distancia, donde pesó la desigualdad en varios asuntos como la disponibilidad de internet, el hacinamiento de los hogares o estar bajo la responsabilidad de adultos con bajos logros educativos.

Todo esto, a su vez, generó brechas en el desarrollo de habilidades, la pérdida de oportunidades de aprendizaje y el riesgo de aumento del abandono escolar.

Junto al deteriorado panorama educativo, los niños y jóvenes de la región también verán amenazado su desarrollo debido a problemas nutricionales a causa del aumento de los precios de los alimentos, que traerán consigo alzas en la desnutrición, el sobrepeso y la obesidad en la región.

La crisis educativa “junto con las privaciones críticas que enfrenta la infancia y los riesgos de incremento de la inseguridad alimentaria, pone en riesgo el desarrollo y bienestar de toda una generación de niñas, niños, adolescentes y jóvenes y produce un ‘efecto cicatriz’ que mina las oportunidades de desarrollo en la región”, señaló.

Con un escenario externo marcado por presiones inflacionarias empujadas por la , la Cepal estima que la región crecerá 1.4% en el 2023, por debajo del 3.2% previsto para el 2022 según cifras recientemente revisadas respecto a las que entregó en agosto pasado.

Además, la pobreza alcanzará al 45.4% de las personas menores de 18 años en el 2022, 13.3 puntos porcentuales por encima del promedio de la población total, agregó.

Fuente: Reuters