Chile
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Las autoridades electorales comenzaron el domingo el conteo de los votos de la para elegir a un nuevo presidente en un balotaje inesperadamente reñido, donde se juega la continuidad de las reformas sociales de la centroizquierda frente a la apuesta de una mayor bonanza económica.

El senador , del pacto gobernante de centroizquierda, y el exmandatario conservador Sebastián Piñera son los aspirantes al sillón presidencial.

"Tengo la firme convicción que vamos a ganar y que los tiempos mejores van a llegar a todos los hogares chilenos, pero quiero recordar a todos mis compatriotas que hoy día no es el fin, es recién el comienzo", dijo Piñera en un punto de prensa posterior a su votación en una escuela de la capital.

Guillier, en tanto, viajó hasta la norteña ciudad de Antofagasta para sufragar en la zona de la que es representante.

"Esperamos un proceso ojalá masivo, muy participativo (...) creo que vamos a ganar por una diferencia estrecha, pero clara, estamos muy optimistas", dijo el oficialista antes de regresar a Santiago para esperar los resultados.

Piñera, de 68 años, logró en la primera vuelta un 36.6% de los votos, un nivel por debajo de la mayoría absoluta, mientras que Guillier obtuvo un 22.7% de los sufragios entre ocho candidatos que compitieron.

Durante la campaña del balotaje, Piñera sumó el apoyo de un excandidato ultraconservador (que obtuvo 7,9 por ciento), mientras que Guillier, de 64 años, consiguió el respaldo de casi todos los otros aspirantes de centroizquierda que participaron en la primera vuelta de noviembre.

"Lo que determinará quién ganará se reduce a la cantidad de personas que se quedarán en casa, en particular cuánta gente del lado de Guillier", dijo Robert Funk, director del Centro de Estudios de Opinión Pública de la Universidad de Chile.

Un total de 17,000 miembros de las Fuerzas Armadas están a cargo de resguardar el funcionamiento de las 42,890 mesas receptoras de sufragios.

La elección es vista como un referéndum a la gestión de la presidenta saliente, Michelle Bachelet, quien buscó reducir la enorme brecha de ingresos entre ricos y pobres con una serie de reformas. Sin embargo, varios desacuerdos al interior del oficialismo y una economía casi estancada han ensombrecido el legado de la mandataria.

Los comicios marcarían un punto de inflexión para el pacto oficialista –de democratacristianos, socialistas, radicales y comunistas- y, dependiendo del resultado, podrían ser incluso la antesala del fin de una coalición que ha dominado la política chilena por décadas.

Corregir o blindar
Aunque los dos candidatos mantendrían el modelo económico de libre mercado, Piñera ha prometido que corregirá las reformas en marcha de Bachelet, las que a su juicio han arrastrado a la economía a su peor desempeño en casi una década.

"Yo voté por Piñera, porque soy emprendedora, soy de la gente que me valgo de mi esfuerzo, no estoy esperando nada del gobierno. Pienso que va a ser bueno para la inversión", dijo Rosario Poma, una pequeña empresaria de 53 años, en Santiago.

En tanto, Guillier busca blindar las reformas económicas y sociales de Bachelet para avanzar hacia una mayor gratuidad en la educación, poner fin al monopolio de las administradoras de pensiones y crear una nueva Constitución.

"En Chile hay una desigualdad social enorme y hay que hacer algo. Tener un multimillonario que dirige un país no es bueno, porque obviamente va a proteger su intereses", dijo Patricio Flores, un trabajador de la construcción de 36 años que dijo que votaría por la carta oficialista.

La creciente abstención ha sido una tendencia de los últimos comicios, ya que en la elección del 2013 la participación llegó al 51% del universo electoral, desde el 59% registrado en las presidenciales del 2009.

Los primeros cómputos –aunque muy simbólicos- corresponderán a votaciones de chilenos en el extranjero, mientras que los resultados parciales en Chile se conocerían cerca de las 19.00 hora local (2200 GMT).