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El gobierno de Sebastián Piñera decretó estado de emergencia en Santiago de Chile y otras ciudades del país. Sin embargo, varios ciudadanos continúan en las calles protestando y realizando saqueos en diversos establecimientos comerciales.

La cadena Walmart fue una de las más afectadas. También hubo saqueos en los locales de Ripley, Santa Isabel, farmacias, grifos, entre otros establecimientos, además de enfrentamientos con la policía y militares y nuevas quemas de estaciones del Metro de Santiago.

Asimismo, las autoridades decretaron toque de queda en Santiago en respuesta a “los desmanes que han ocurrido el día de hoy”, según dijo el general encargado de la seguridad capitalina, Javier Iturriaga, a cargo del estado de emergencia.

El servicio de autobuses fue suspendido temporalmente luego que al menos cinco unidades fueran quemadas en el centro de Santiago, lo que dejó a sus siete millones de habitantes prácticamente sin transporte público.

Los manifestantes también incendiaron el edificio del diario “El Mercurio” de Valparaíso, pese a que el Ejército impuso toque de queda desde las 22:00 en varias localidades.

-“Basta de abusos”-

Bajo gritos de “basta de abusos” y con la consigna en redes sociales “ChileDespertó”, el país enfrenta extendidos reclamos contra un modelo económico donde el acceso a la salud y la educación es prácticamente privado, con una alta desigualdad social, bajas pensiones y el alza de los servicios básicos, con una fuerza que ha descolocado al gobierno del derechista Piñera, que sólo días antes había afirmado que Chile era una especie de “oasis” en la región.

Una fotografía de Piñera comiendo pizza con su familia en un restaurante de Santiago en el mismo momento que la capital ardía, azuzó aun más la furia en un país con un largo historial de protestas violentas pero que en los últimos años se mantenía en relativa calma.

La “perplejidad y el aturdimiento, la sorpresa del gobierno frente a esta explosión social nos tiene que hacer reflexionar por la calidad de los organismos de inteligencia; la sensación es que el gobierno tuvo una reacción demasiado lenta”, dijo a la AFP el analista de la Universidad de Santiago Marcelo Mella.



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