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Los chilenos son los que más pagan por los medicamentos originales en América Latina, en un controvertido mercado que hoy está nuevamente en la mira de las autoridades económicas en un país donde el paciente asume la mayor parte de los tratamientos médicos.

"No pude ser que cruzando la cordillera a Argentina un mismo medicamento cueste tres, cuatro o cinco veces menos; o haya consumidores a los que les salga más barato traer los medicamentos de Europa que comprarlos en Chile", dice a la AFP Hernán Calderón, presidente de la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios.

Una década después de que las tres principales cadenas de farmacias fueran acusadas de coludirse para incrementar el valor de los remedios, el panorama no es muy distinto. Solo tres farmacéuticas -Fasa, Salcobrant y Cruz Verde- copan el 90% del mercado, mientras que el valor de los medicamentos originales, que son los de mayor preponderancia por ingreso en el mercado, es el más alto de la región.

"En Chile se produce un sobreprecio de los medicamentos que es casi abusivo", alerta el diputado Juan Luis Castro, que preside la Comisión de Salud de la Cámara.

De acuerdo a datos de la consultora IQVIA a noviembre del 2015, los medicamentos originales (protegidos con patentes) cuestan en Chile un 38% más que el promedio de Argentina, Brasil, Colombia, México y Perú.

En cambio, los genéricos son más baratos que en estos países, con un 65% menos que el promedio, mientras que el precio de un tercer grupo de medicamentos, los "similares o genéricos de marca", se ubica en la media.

No hay estudios más recientes o que comparen los precios con Europa. Pero, por ejemplo, el medicamento para hipertensión Adalat -del laboratorio Bayer- vale en Chile casi nueve veces más que en España. En el caso del Crestol, prescrito para el colesterol, la diferencia es de cinco veces.

En enero pasado, el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) reveló diferencias de hasta 3,260% entre el valor de medicamentos originales y el bioequivalente, como el Omeprazol, usado para problemas gástricos.

Controvertido mercado
Un mercado pequeño y concentrado, cuestionadas estrategias de marketing y la poca capacidad del Estado para negociar directamente con los laboratorios son los principales factores que conspiran en contra de los consumidores chilenos.

Los dardos apuntan principalmente a los genéricos de marca, cuya venta ha crecido en los últimos años. A diferencia de otros países, donde hay solo "genéricos puros" y originales, en Chile hay un tercer tipo de medicamento, genéricos con nombres de fantasía que valen tres o cuatro veces más.

"Los genéricos de marca es un fenómeno nuevo que ha encarecido los remedios de Chile. No es tan caro como el innovador ni tan barato como el genérico simple, por lo que margina una cantidad no despreciable de recursos", explica el diputado Castro.

"Un mismo laboratorio produce exactamente la misma píldora, en la misma línea de producción, con el mismo principio activo y excipientes pero a la mitad le pone un nombre genérico y a la otra uno de fantasía que vende tres o cuatro veces más caro", explica de su lado Cristóbal Cuadrado, de la agrupación Médicos sin Marca.

Las farmacias, aliadas con los laboratorios, promueven la venta de estos medicamentos con marcas propias, lo que ya concentra el 10% del mercado.

"No se puede ser juez y parte, ya que se generan distorsiones en el mercado", acusa a la AFP Elmer Torres, vicepresidente de la Asociación Industrial de Laboratorios farmacéuticos, que producen genéricos y similares.

En el caso de los originales, "Chile no tiene ningún espacio de negociación sobre aquellos medicamentos que están con patentes", dice Cuadrado. Tampoco hay precios máximos de referencia y todos los medicamentos pagan el 19% de IVA.

Investigación en curso
El tema preocupa ya que casi un 38% del gasto en salud está destinado a la compra de medicamentos, un porcentaje que se agrava para los adultos mayores.

La Fiscalía Nacional Económica inició en abril una investigación oficial sobre el mercado de los medicamentos, cuyas conclusiones se esperan para octubre de 2019.

Mientras, varios municipios han instalado sus propias "farmacias populares" y el gobierno inauguró en mayo un comparador de precio en línea.

En el Congreso, por su parte, se analiza una nueva Ley de Fármacos que contempla la obligación para los médicos de recetar medicamentos por denominación común internacional -en vez de solo los originales- y la comercialización de medicamentos de venta en directa en supermercados.

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