(Foto: Reuters)
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Este 23 de abril, Japón impuso su tercer estado de emergencia -debido a la cuarta ola del coronavirus (COVID-19)- en Tokio, la capital, y las prefecturas de Osaka, Kioto y Hyogo, a tres meses que se realicen Juegos Olímpicos, del 23 de julio al 8 de agosto.

Los organizadores de los Juegos Olímpicos aplazaron a junio su decisión sobre la presencia o no de espectadores locales, un símbolo suplementario de la incertidumbre que continúa acompañando a la preparación del evento en plena pandemia.

Este tercer estado de urgencia impone que las manifestaciones deportivas se desarrollen a puerta cerrada y que el público procedente del extranjero tengan prohibida la entrada. Hasta ahora diversos eventos como partidos de béisbol o de fútbol y un torneo de patinaje artístico se organizaron con público que llevaba mascarillas y que se abstuvo de aclamar a los deportistas.

“Los Juegos Olímpicos no serán muy divertidos si el coronavirus y las nuevas variantes siguen expandiéndose. Empresarios y políticos aseguran que será emocionante y entretenido. Puede ser verdad, pero da miedo si no estamos protegidos debidamente”, le dice a Mieko Nakabayashi, profesora de ciencias sociales de la Universidad de Waseda en Japón.

El profesor Koji Wada, de la Universidad Internacional de Salud y Bienestar en Tokio declaró a inicios de abril a Reuters que una eventual cuarta ola será más duradera debido a las variantes más contagiosas.

Juegos Olímpicos, ¿Se realizarán?

La presidenta de Tokio-2020, Seiko Hashimoto, señaló que espera que la “situación del coronavirus mejore con las medidas que el gobierno, Tokio y otros gobiernos regionales han implementado”.

“Nuestro objetivo sigue siendo tener las tribunas llenas, pero teniendo en cuenta las medidas necesarias para luchar contra el virus, no debemos sobrecargar a los servicios médicos”, explicó Hashimoto.

Sin embargo, el entusiasmo de Hashimoto no es compartido por los japoneses. Los juegos cuentan con una fuerte oposición por parte de la opinión pública. A comienzos de 2021, una encuesta del medio nacional NHK mostró que un 80% de los japoneses consideraba que el evento debía ser cancelado o pospuesto.

Toshihiro Nikai, secretario general del partido gobernante, expresó que “cancelar” los Juegos Olímpicos continuaba siendo una “opción” si las infecciones por coronavirus seguían aumentando.

Para intentar apaciguar las inquietudes de la población japonesa a favor de un nuevo aplazamiento o una anulación, Tokio-2020 ha publicado “manuales” (Playbooks) enumerando estrictas medidas antivirus para persuadir a la opinión pública japonesa de que el evento de puede celebrar de manera segura pese a la pandemia.

“Hay mucha gente que está ansiosa. Es la realidad y debemos prestar atención a eso”, añadió la presidenta de Tokio-2020, Seiko Hashimoto.

Japón, relativamente menos afectado por el coronavirus que muchos otros países, con unas 10.000 muertes oficialmente contabilizadas desde enero de 2020, conoce actualmente un aumento de casos en varios departamentos.

Con información de AFP