Hace unos años, reconocidos investigadores del clima unieron fuerzas para lanzar un proyecto de investigación económica con uso intensivo de datos que prometía las estimaciones más cuidadosas de cuánto daño podría ocasionar el calentamiento y qué implica para el costo del cambio climático.
Hoy, Climate Impact Lab publicó sus primeros resultados importantes, relacionados con la forma en que el aumento de los ingresos puede ayudar a reducir el mortal calor en un mundo en calentamiento. La principal conclusión es que las naciones ricas podrían tener recursos disponibles para intentar adaptarse a la vida bajo temperaturas más altas.
Las personas que viven en naciones pobres, que ya son calientes, tienen más probabilidades de tener que pagar con sus vidas.
El estudio, un documento de trabajo de la Oficina Nacional de Investigación Económica, forma parte de un esfuerzo aún más amplio.
Por lo general, cuando los Gobiernos buscan lo que se conoce como “costo social del carbono”, estiman una cifra completa de toda la economía. A lo largo de los años, estos enfoques han sido criticados, en parte porque se generalizan demasiado los daños y no se basan en grandes cantidades de datos locales y nacionales agregados en una imagen global.
Así, Climate Impact Lab ha dividido ese enorme desafío en varios incrementalmente más pequeños. Van sector por sector a través de toda la economía global, determinando primero como el cambio climático afectará las muertes por causas relacionadas con el calor, antes de pasar a la energía, la agricultura, la productividad laboral, la infraestructura costera y la fabricación.
El primer problema que encontraron fue instructivo: una carencia de datos. No pudieron proyectar estadísticas de mortalidad por calor en casi la mitad del mundo, porque las naciones no las recopilan o no tienen como recopilarlas.
Resolvieron el tema estableciendo científicamente una relación entre el calor y la muerte para 41 países que representan 55% de la población mundial, y luego extrapolando estadísticamente para proporcionar estimaciones al resto de la humanidad. Eso permitió una imagen mundial de la mortalidad por calor.
Tal hazaña en sí habría sido interesante, pero fue solo la salva de apertura en un esfuerzo mucho más masivo que concluye con algunas noticias que dejan mucho que reflexionar. El cambio climático va a ser un orden de magnitud más caro de lo que los autores pensaban anteriormente.
Consideremos esto: la estimación del costo total de una tonelada de CO₂, usando cálculos de la era de Obama, es de US$ 50, un enfoque que ha sido probado en tribunales. El nuevo análisis sugiere que el precio solo de la mortalidad por calor, sin incluir los impactos a la agricultura, la manufactura, la energía, las costas y más, alcanza casi los US$ 38 en un futuro de altas emisiones.
Eso significa que la nueva estimación del costo total de una tonelada de CO₂ podría ser varias veces mayor. No es incalculablemente alto. Simplemente no lo han calculado todavía.
Como calcular el costo social del carbono ha provocado debates durante mucho tiempo debido a las diversas y difíciles opciones tras ello. Algunas de las preguntas clave son:
¿Cuánto daño causará el cambio climático? Esto solía ser una suposición burda. Climate Impact Lab ha desarrollado sus estimaciones con base en ciencia y economía básicas para poder estimar los daños (solo del calor, en el nuevo estudio) con más precisión que nunca.
¿Qué valor tienen para nosotros las generaciones futuras, hoy, en dólares? La “tasa de descuento” que los economistas eligen podría aumentar o disminuir drásticamente el precio del carbono. El nuevo documento basa sus tasas en investigaciones anteriores y en las tasas de los valores indexados a la inflación del Tesoro a 10 años.
¿Qué tan alto subirá el CO₂? El trabajo utiliza proyecciones de emisiones estandarizadas, una más alta de lo probable y otra más baja de lo probable.
En los últimos años, algunos economistas han preguntado si un ejercicio masivo que surgió del proceso de elaboración de normas federales de EE.UU. es incluso necesario para la formulación de políticas climáticas globales y nacionales.
Noah Kaufman, investigador del Centro de política energética global de Columbia, dijo que consideraba impresionante la forma en que Climate Impact Lab construyó sus estimaciones globales a partir del calor real y los datos económicos. Indicó que, en general, el costo social de las estimaciones de carbono, “la pregunta más difícil del mundo”, requiere demasiados supuestos para extrapolar durante más de un siglo.
Los funcionarios políticos, con razón, dijo, han dedicado más tiempo en los últimos años a hablar de otras cosas, como el límite de temperatura en 1.5°C consagrado en el Acuerdo de París o las ambiciones de reducir las emisiones a cero a mediados de siglo.
“Este es un problema en el que los responsables políticos están por delante de los economistas”, dijo.
La administración Trump mantuvo el marco legal que requiere el costo social del carbono y cambió algunas suposiciones clave. Esto condujo a un precio total en toda la economía comprendido entre US$ 1 y US$ 7 por tonelada.
Este enfoque fue señalado recientemente por la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de EE.UU. por no tener en cuenta las recomendaciones de los científicos. Economistas de recursos también han cuestionado sus principales supuestos.
Sin embargo, el costo social del carbono, pese a su inestabilidad, es un ancla útil para formuladores de política al considerar los riesgos climáticos a medida que exploran soluciones. Sin datos y análisis, la conversación climática es barata.